La próxima cita de la escudería italiana es en casa. En Imola  los aficionados estarán preocupados después de un fin de semana en el que no se cumplieron las expectativas.

Sainz terminó quinto y Leclerc séptimo en Miami, mientras que Max Verstappen llevó a Sergio Pérez a la quinta victoria de Red Bull en cinco carreras y el cuarto doblete.

"(Es una) imagen muy similar a la de principios de año, somos competitivos en la calificación (pero) una vez que llegamos al día de la carrera estamos luchando como locos", dijo Leclerc, que había estado en la pole position en la carrera anterior en Azerbaiyán.

Había terminado segundo en el sprint de Bakú, lo que aumentó las esperanzas de que Ferrari hubiera dado un paso adelante y un solitario tercer puesto en la carrera del domingo.

"La ventana (de rendimiento) de nuestro coche es muy estrecha y siempre que te sales un poco (de ella), tiene enormes consecuencias en el equilibrio", añadió el monegasco.

"Es de una curva a otra, e incluso en una curva, a veces puedes tener un enorme subviraje, que pasa a un enorme sobreviraje, y esto obviamente no es lo ideal para tener confianza en el coche".

Leclerc se estrelló tanto en los entrenamientos como en la clasificación cuando parecía competitivo, en la misma curva de Miami, y dijo que había tenido problemas con el fondo del coche a velocidad y también afectado por el viento.

Sainz comenzó tercero en la parrilla con neumáticos medios, pero un cambio a neumáticos duros lo cambió todo, con el español terminando 42,5 segundos por detrás del doble campeón del mundo Verstappen - que se había alineado noveno.

"Es un coche muy inconsistente, tiene muchos picos. Conduces correctamente al límite o en el filo de la navaja y esto hace que en carrera paguemos los platos rotos", dijo.

El jefe del equipo, Fred Vasseur, reconoció que a ambos les había costado pilotar el coche.

"Encontrar algo de consistencia en el rendimiento del coche tiene que ser nuestra prioridad número uno, especialmente en términos de gestión de los neumáticos, para que la confianza que los pilotos tienen en la calificación se pueda replicar en la carrera", dijo.

Leclerc fue el rival más cercano de Verstappen la temporada pasada, ganando dos de las tres primeras carreras antes de que el desafío se agotara en errores de estrategia, falta de fiabilidad y errores de los pilotos.