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Recuperada de sus lesiones, Carolina Marín llega a París para castigar a Oriente

AFP
Carolina Marín entrena en París.
Carolina Marín entrena en París.ARUN SANKAR / AFP
Con su oro olímpico en Río de Janeiro, la española derribó el imperio asiático del bádminton, pero un importante contratiempo la privó de defender su medalla en Tokio. Tres años después y de nuevo asentada en la élite, llega a la capital francesa como principal amenaza al poderoso Oriente.

En un deporte controlado internacionalmente por Asia y muy poco practicado en España, Carolina Marín se colgó el oro en la 'Cidade maravilhosa', el título más destacado en un palmarés brillante en el que figuran también tres Mundiales (2014, 2015 y 2018) y ocho campeonatos europeos (2014, 2016, 2017, 2018, 2021, 2022, 2023 y 2024).

La dimensión del oro olímpico conquistado por la andaluza se entiende aún mejor si se tiene en cuenta que se convirtió en la primera jugadora no asiática en lograrlo desde que el bádminton entró en el programa de los Juegos, en Barcelona (1992).

Pero en 2019, año que arrancó como vigente campeona olímpica, mundial y europea, le tocó probar el lado más amargo del deporte, con el inicio de una pesadilla que se alargó tres temporadas.

Marín creía estar a punto de lograr el primer título del curso, en la final del Masters de Indonesia, cuando sufrió una grave lesión en la rodilla derecha, con rotura del ligamento cruzado anterior.

"No tengáis dudas de que volveré"

Siete meses después, retornó a las pistas y volvió a brillar en 2021, haciéndose con el oro en el Campeonato Europeo que mandaba una señal de optimismo de cara a los Juegos de Tokio.

Pero, a finales de mayo y a solo dos meses de la cita olímpica, Carolina Marín se rompió el cruzado y dos meniscos de la rodilla izquierda, borrando de golpe la esperanza de defender su oro olímpico y sumiéndola en otra larga recuperación.

"Este es otro golpe al que debo hacer frente, pero no tengáis dudas de que volveré", prometió al anunciar su baja para Tokio.

Tras una larga y complicada recuperación, regresó a las pistas para ganar el Campeonato Europeo de 2022, y en agosto de ese mismo año sumó dos victorias en el Mundial contra rivales asiáticas, antes de caer en cuartos de final contra la japonesa Akane Yamaguchi, que acabaría proclamándose campeona.

Su verdadera resurrección tuvo lugar en 2023, año al que llegó ya sin arrastrar ningún dolor de rodilla. Además de defender su título europeo, Marín comenzó a plantar cara a las jugadoras asiáticas en los torneos.

La andaluza ganó el Másters de Orleans en abril y en agosto se quedó a las puertas de un cuarto oro mundial, derrotada en la final por la surcoreana An Se-Young, actual número uno del mundo.

Llega enchufada a París

Resultados que le han servido para reinstalarse en la élite del bádminton mundial: Marín llega a París como número cuatro del mundo, la única no asiática del top 10, después de un prometedor inicio de temporada.

La española arrancó el año olímpico con victoria en el All England, uno de los torneos más prestigiosos del calendario, derrotando en el camino al título a la china Chen Yu Fei en cuartos y a la tailandesa Tai Tzu Ying en semifinales, número dos y tres del mundo, respectivamente.

Una semana después ganó el Abierto de Suiza y en abril volvió a proclamarse campeona de Europa, la cuarta corona continental consecutiva.

Admiradora de Nadal, la onubense llega a la ciudad en la que su ídolo ha superado en tantas ocasiones la adversidad para luchar en sus terceros Juegos (en 2012 no pasó la fase de grupos) por esa gloria que las lesiones le arrebataron en 2021.

Carolina, una de las grandes opciones de España a medalla, es la principal amenaza a las raquetas orientales, que vuelven a estar inquietas después de tres años de relativa tranquilidad.