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El Real Madrid colapsa en ataque y el Panathinaikos se lleva su séptima Euroliga (80-95)

David Olivares
Sloukas entra a canasta ante Poirier
Sloukas entra a canasta ante PoirierAFP
Los de Chus Mateo empezaron mejor el partido pero no encontraron soluciones ofensivas tras el descanso, después de anotar tan sólo siete puntos en el tercer cuarto y 26 en el segundo tiempo. Sloukas y Nunn lideraron el triunfo heleno. En el Madrid el empuje de Campazzo y Musa no fue suficiente. Los blancos no pueden revalidar el título conquistado el año pasado ante el Olympiacos. Pese a ello, han disputado su tercera final consecutiva de Euroliga esta temporada, una auténtica barbaridad.

La final inédita entre los dos mejores equipos de Europa empezó en medio de un gran ambiente, debido a la presencia numerosa de aficionados griegos, si bien la hinchada española se dejó notar. Chus Mateo volvió a confiar de inicio en Eli John Ndiaye y respondió con ocho puntos consecutivos sin fallo merced a dos triples y a una canasta de dos.

El Madrid consiguió de este modo una buena ventaja para ir comandando el partido durante el primero cuarto, acomodada por la dirección de Campazzo y el acierto de Musa. 36-25 al término del primer cuarto. Números muy altos que se echaron en falta más adelante.

Pero en el segundo, el Panathinaikos despertó. Pasó de perder 41-27 a pisar los talones a los españoles con un parcial de 5-18 gracias a seis puntos seguidos de Mathias Lessort y a Sloukas y Grant. El Madrid apretó en los minutos previos al descanso y se fue a vestuarios cinco arriba (54-49).

El Pao remonta

En la segunda parte, los de Mateo entraron en el partido fallando cuatro triples seguidos y eso se notó en el tanteador. El Panathinaikos fue recortando la distancia y un triple de Kendrick Nunn desató la locura en la hinchada helena, que veía como su equipo se ponía por primera vez, por delante en el partido (56-58, minuto 24).

El Madrid colapsa: 7-15 en el tercer cuarto

Desde ese momento, el partido se entrampó, la anotación empezó a escasear y ambos equipos empezaron a sacar brillo a sus defensas. El Madrid colapsó en ataque y completó el que ha podido ser el peor cuarto de la temporada del que salió relativamente indemne. Parcial de 7-15, números paupérrimos y 61-64. Tres arriba para los de Atenas antes del cuarto definitivo y 0/9 del Madrid en triples en este período.

Sloukas encarga la séptima del Panathinaikos

En el último cuarto, volvió la intensidad anotadora. Llull ponía al Madrid a dos con un triple, pero Sloukas ampliaba la ventaja. Ambos jugadores volvieron a anotar desde el 6,75 demostrando su calidad pese al paso de los años.

Pero el Madrid no aguantó el intercambio de golpes. Nunn volvió a ver aro con facilidad y Campazzo vio la quinta falta personal, lo que colocó a los griegos con +10 tras un triple de Dinos Mitoglou. La dirección de Sloukas (MVP y tercer título con tres equipos diferentes) fue determinante, así como la sequía anotadora del Madrid en la segunda parte, en la que sólo consiguió 26 puntos.

El Panathinaikos ganó el título con merecimiento y el Madrid se despide de repetir el doblete Champions-Euroliga (conseguido en 2018), de ganar el título dos temporadas consecutivas, como hizo en 1968 y de romper la maldición de que el campeón de la liga regular no gana nunca la Final Four.

Un español como Juancho Hernangómez se proclama campeón de Europa. Cinco puntos, cuatro rebotes y una asistencia en la final para un jugador que ya sabe lo que es ser campeón de Europa y del Mundo con España.

En cuanto a la anotación, el propio Kostas Sloukas fue el más destacado con 24 puntos (4/4 en triples, 14/15 en tiros de campo y 31 de valoración), seguido de Kendrick Nunn (21) y de Mathias Lessort (17+6 y 22 de valoración). En el Real Madrid, los mejores, Dzanan Musa con 15, Facundo Campazzo con 12 y el Chacho con 11.

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