El reto al que se enfrenta España esta semana en Valencia es mayúsculo. En Alicante ante la República Dominicana rompió una racha de cinco derrotas consecutivas, incluyendo las dos últimas del Mundial, las dos de las ventanas de clasificación para el Eurobasket 2025 y la del amistoso frente a Italia.

En la Fuente de San Luis espera una fase de grupos, a priori, asequible ante Líbano y Angola. Pero después las eliminatorias pueden ser muy complicadas. Por el otro lado del cuadro vienen Bahamas, con varios NBA, que dejó fuera a Argentina; Polonia, cuarta en el Eurobasket 2022 que ganó España y Finlandia, que acude sin su estrella Lauri Markkanen.

Jugar en casa, arma de doble filo

España tendrá el calor del público de Valencia durante toda la semana. Lo que siempre es un apoyo importante, jugar en casa, también puede volverse en contra debido a la presión. De los siete Preolímpicos que se han disputado hasta ahora, tres para acceder a Río y cuatro a Tokio, sólo en una ocasión (Serbia en 2016)  el anfitrión ha conseguido el billete.

La selección nacional tiene un pasado reciente glorioso en el baloncesto mundial, prácticamente sin parangón. Sin embargo, cuando ha actuado como anfitrión los resultados no han sido satisfactorios. En la mente de todos, está la final perdida ante Rusia en el Eurobasket 2007 o la eliminación frente a Francia en los cuartos de final del Mundial 2014, vengada un año después en las semifinales del Eurobasket 2015 en Lille.

El equipo ya cuenta con la magistral dirección de Lorenzo Brown para romper esas estadísticas, Rudy Fernández y Llull están dando el do de pecho y parece que Aldama y Garuba han cogido la forma. Toca olvidar los resultados negativos y demostrar la calidad del baloncesto español. Veremos lo que sucede esta próxima semana.