El Real Madrid sale ileso de una montaña rusa y gana la Supercopa a Unicaja (81-88)
El Real Madrid se presentaba como gran favorito para alzarse con el título tras la convincente victoria en semifinales ante el Barcelona. Además, Hezonja, que no estuvo muy fino ante los de Grimau, salió “enchufado”. El croata, junto a Musa, llevaron la iniciativa en el comienzo del duelo pero su equipo se vio lastrado por 7 tiros libres fallados en sólo 10 minutos (2 de 9). Aun así logró la primera victoria parcial por 17-21. Kendrick Perry fue el mejor de los malaguistas en el primer asalto. Con la brillante dirección de Sergio Rodríguez, al que Alberto Díaz, enorme defensor, no podía parar, el Madrid dio un tirón en el marcador. Yabusele se sumó a la dinámica ofensiva de su equipo. Tavares y Campazzo también comenzaron a aportar.
Unicaja trataba de no descolgarse demasiado gracias, sobre todo, a la actuación de Tyson Carter. Los de Chus Mateo llevaron la ventaja a 13 puntos (31-44) antes de afrontar la segunda mitad.
No le sentó nada bien el receso al Madrid. Unicaja le endosó un parcial de 16-7 en el comienzo de la segunda parte para meterse de nuevo en el partido. El bloqueo de los blancos parecía eterno. Las pérdidas de balón eran continuas y en ataque no funcionaba nada. Un triple de Kalinoski puso el empate a 54 en el marcador. El Madrid dejó escapar 13 de diferencia en un tercer cuarto terrorífico. Una pequeña reacción final le dejó 5 por delante (56-61).
El Madrid no aprendió la lección y en el último cuarto volvió a tropezar en la misma piedra. Unicaja se puso un punto por delante. Ahí sonó el despertador para la recuperación de los madridistas. Un parcial de 7-0 les devolvió algo de calma. Mateo pedía cabeza y Campazzo transmitía tranquilidad y vigor. Gracias a su labor y a la resurrección a tiempo de sus compañeros, el equipo blanco logró su sexta Supercopa consecutiva.