Tenía ganas de revancha el UCAM después de que el Unicaja hubiera sido su bestia negra durante toda la temporada. Lo tenía bien estudiado, como aplicado universitario. Sabía de las limitaciones de los verdes, que no son muchas, pero supo plasmar su plan en la pista, robando como hizo en Valencia en cuartos de final el factor cancha gracias a un enorme porcentaje de tiro exterior (13/26) y a unos salvajes Sleva (23 puntos), Sant-Ross y Kurucs.
Saltó a la cancha el cuadro de Sito Alonso con una zona 2-3 que se le atragantó por momentos a un Unicaja negado en los triples y blandito en defensa, lo que permitió a los murcianos abrir la primera ventaja (9-15, min. 5). Para cuando le entraron los tiros lejanos, el rival, con rápidas transiciones, volvió a escaparse. Hasta que entró Perry, inédito en los cuartos por lesión, y puso a los locales por delante. Fue entonces cuando Kameron Taylor recibió un codazo involuntario que lo dejó fuera todo el partido. Y del mismo modo que se le cerró el ojo, se le cerró el aro a sus compañeros, que perdieron el primer cuarto 21-24 con Rodion Kurucs on fire.
Se esmeraron más los malagueños en defensa en el segundo y el partido continuó con bajos guarismos. Kalinoski activó su muñeca para impulsar a los cajistas con 7 puntos, pero Sleva hizo lo propio, incluso mejor, con 10, para llevar en volandas a los universitarios hasta un +7 de renta. La mala noticia llegó en el último minuto antes del descanso, al que se llegó 36-41, con el golpe en la rodilla de Diagné, que se marchó cojeando y con mucho dolor. Por suerte, pudo volver.
Factor Carpena... y factor Sleva
Como si hubieran despertado de cierto letargo tras volver al parquet, el Unicaja salió con el modo playoff encendido. Esto es, una intensidad defensiva asfixiante y una exigencia física brutal para dar la vuelta al marcador (50-46, min. 23).
Pero no tuvo continuidad porque el UCAM siempre encontró respuestas. Sito Alonso paró el encuentro y sus pupilos se las ingeniaron para sumar instantes después un 0-7 que obligó a Ibon Navarro a parar el partido. Los piques se sucedían en pista: Carter-Ennis, Ejim-Sleva... La tensión en la pista se cortaba con papel. Pero ante esa presión, y los puntos de Ejim (9 en el 3C), se creció Sleva aún más para que el UCAM entrase al último cuarto por delante (63-67).
Aún había mucho que escribir en el final de este primer duelo de semifinales. Porque en Málaga, al campeón de la fase regular hay que ganarle más de una y más de dos veces. Siempre tiene vidas extra. En dos minutos volvía a estar por delante (71-69, min. 32). Sin embargo, los murcianos habían aprendido de la semifinal de la Champions y de otros duelos recientes para volver a apretar los dientes, y ahora con Sant-Ross y Radebaugh como estiletes, desangrar al anfitrión (75-83, min. 37).
Lo intentó el Unicaja de todos los modos posibles, pero el UCAM no iba a permitir que le robasen su primera y merecida victoria en las primeras semifinales de su historia. El jueves, a las 20.30 horas, nuevo asalto.