El NY Liberty se instala en Brooklyn, símbolo del baloncesto femenino estadounidense
"Asisto a muchos eventos deportivos y nada supera la energía que hay aquí. Es una gran fiesta", dice una de las poseedoreas de abono de la primera época, Lolita Beckwith, cerca del Barclays Center, donde el Liberty intentaba clasificarse la tarde del martes para la segunda ronda de los playoffs contra Atlanta Dream.
Lolita, fotógrafa profesional, sigue al Liberty desde el nacimiento de la WNBA, la liga norteamericana de baloncesto femenino profesional, en 1997.
Experimentó la atmósfera ardiente de los primeros partidos en el legendario Madison Square Garden, después de los años difíciles en los que el expropietario James Dolan quería deshacerse de la franquicia, relegando a los jugadores a un pequeño local en los suburbios del norte de White Plains.
Hoy le gusta ver a todos estos aficionados a su alrededor vistiendo camisetas verde mar o una corona en la cabeza que recuerda a la Estatua de la Libertad, el emblema del equipo.
"Más fáciles"
"Durante 27 años fue menospreciado. Nadie miraba, no había mucha gente. Ver en qué se ha convertido es realmente fantástico", se entusiasma. "Ojalá tuviera una hija para llevarla a los partidos". El equipo (primer puesto, con 32 victorias y 8 derrotas) espera finalmente conquistar su primer título.
"Un público como éste hace las cosas mucho más fáciles", agradeció la pívot Breanna Stewart, tras la victoria por 83-69 el domingo en el primer partido de playoffs contra Atlanta (victoria por 91-82 en el segundo).
En 2024, el Liberty jugó ante un promedio de más de 12.000 espectadores por partido, un 64% mayor que en la temporada 2023, que ya había subido un 45%.
La franquicia, comprada en 2019 por el fundador y presidente de Alibaba, el empresario taiwanés-canadiense Joe Tsai, y su esposa y empresaria, Clara Wu Tsai, también propietarios de los Brooklyn Nets y del estadio cerrado Barclays Center, espera que sus ingresos por billetería se dupliquen en 2024.
La oferta deportiva ya es abundante en Nueva York, dominada por el deporte masculino, con los Mets y los Yankees (béisbol), los Nets y los Knicks (NBA), los Giants y los Jets (football americano), los Rangers (hockey sobre hielo) y New York City FC y Red Bulls (fútbol).
Adam Reid, un programador informático de 35 años, optó recientemente por el Liberty en lugar de un partido de los Mets: "Puedes conseguir asientos muy cerca por un precio razonable en comparación con un asiento en una zona alta para un partido de béisbol. Y es un placer".
"Bienvenido"
Con sus nuevos propietarios, la franquicia también ha trabajado en su marca, ahora asociada con Brooklyn, el barrio cool de Nueva York, y con el hip hop. Con su nueva mascota, "Ellie", una elefante extrovertida y de moda con la que todo el mundo quiere hacerse un selfi y cuya cuenta de TikTok cuenta con casi 180.000 suscriptores.
El equipo también mantiene una identidad muy inclusiva. "Históricamente, es muy acogedor para las personas LGBTQ+ (...), ves mucha gente queer, muchas mujeres, mucha gente diversa", explica David Smith, con la camiseta del equipo en la espalda con el lema "Igualdad".
"Como persona homosexual, aquí es donde me siento más bienvenido", añade este aficionado al deporte, de 51 años.
El Liberty está lejos de ser un caso aislado para una liga que vuelve a despegar, impulsada por una generación única de novatas, como Angel Reese (Chicago Sky) y especialmente la fenomenal Caitlin Clark, cuyos tiros de tres puntos y pases increíbles ya habían iluminado la liga universitaria (NCAA) y su "March Madness" este año.
Solo esta joven de 22 años hizo estallar las puntuaciones de su equipo con más de 17.000 espectadores de media en casa y un récord de casi 21.000.
A finales de julio, la WNBA anunció un nuevo contrato de transmisión de 11 años, estimado en casi 180 millones de euros al año, más del triple de la cifra anterior. La liga también ha fichado tres nuevas franquicias, lo que llevará la competición a 15 equipos en 2026.