"No hay quién le gane, al Magallanes", ni siquiera en Miami
Para el desayuno: Leones del Caracas
El abrebocas del torneo que se disputó en el loanDepot Park de Miami fue nada más y nada menos que el partido entre los eternos rivales, Caracas-Magallanes. Siendo la rivalidad más destacada de la pelota criolla, el público venezolano dió muestra de cuán importante es el béisbol en el país caribeño y consiguieron el único llenazo del torneo.
Un estadio al límite que supo albergar el juego con mayor morbo de todo el certamen, fue testigo de cómo magallaneros y caraquistas pusieron la fiesta en tierras extranjeras.
El león rugiría primero con dos rayitas en el tercer inning, pero de ahí en más todo fue pitcheo y batazo para la remontada eléctrica que se llevaría el partido con un marcador de 4-2. Hasta seis pitcher bajaron del bullpen para 6.00 innings en blanco, suficiente para asegurar la victoria de los dirigidos por Eduardo Pérez.
Fue el primer encuentro entre los eternos rivales que se disputó fuera de las fronteras venezolanas, un regalo muy especial dedicado a la diáspora que por circunstancias políticas, sociales y económicas tuvieron que abandonar su país natal.
Para el almuerzo: comida 'Oriental'
La Nave Turca siguió su andar y en semifinales le tocó enfrentar al equipo de Estrellas Orientales, uno de los equipos más longevos y con más historia de la pelota dominicana.
Fue un partido duro que se extendió hasta la 12ª entrada, con duelos de pitcheo que nada tienen que envidiarle a un partido de la Serie Mundial. Si el Magallanes marcaba, los dominicanos responderían al instante para llegar al noveno inning como al principio.
El partido tuvo que extenderse por tres entradas más cuando finalmente el pitcheo de Las Estrellas Orientales se salió del carril y se enfrentaban Tito Polo con tres en base y un out. La paciencia se hizo virtud y un elevado de sacrificio fue suficiente para impulsar las tercera carrera del Magallanes que dejó en el terreno a la novena dominicana.
Y de cena: ¡nada como la comida 'Criolla'!
En la gran final, los filibusteros tenían que enfrentarse a los Criollos de Cagua, equipo de vasta historia en Puerto Rico y que ha sabido coronarse campeón de la Serie del Caribe en cinco oportunidades.
Nuevamente el equipo venezolano comenzaría abajo en el marcador con sendos errores defensivos que le darían ventaja a los puertorriqueños. Sin embargo, el séptimo de la suerte fue clave para asegurar el empate provisional que llevaría el encuentro a extra innnings.
Con la regla de corredor de desempate en la 10ª entrada, la batería del Magallanes salió a tocar la bola pero no funcionó, por lo que el cambió de seña fue la estrategia ideal para que Jacob Rhinesmith bateara de jonrón y le diera ventaja de 4-2 al cuadro eléctrico.
Como era de esperarse, los Criollos no bajarían los brazos y en el cierre de la misma entrada y sacando ventaja de la misma regla, empujaron la de 4-3 definitivo que, si bien le puso algo de drama al encuentro, sería suficiente para la coronación del Magallanes.
Lo que se viene
El Magallanes regresará a Venezuela para continuar su andar en la presente temporada de la Liga Venezolana de Béisbol profesional y tomará esta victoria en tierras norteamericanas como envión anímico para lo que queda de temporada, con la esperanza de que, tras la reciente actuación, Pablo Sandoval se una a sus filas a final de la zafra.
Por su parte, los Leones del Caracas quedaron en el tercer puesto tras derrotar a Cangrejeros de Santurce de Puerto Rico.