"He estado aquí en el club desde que era un niño. Así que poder ver la progresión a lo largo de estos años, seguir de cerca al equipo profesional, y ahora poder estar en el primer equipo y tener la oportunidad de jugar esta final es una gran alegría", dijo a la AFP el espigado arquero, en la antesala de la final del torneo ante Flamengo. 

El partido en Guayaquil, el puerto más importante de Ecuador, podría ser sublime para el guardameta de 23 años, que debutó en 2020 en medio de un contagio masivo de COVID-19 y que antes de esta temporada había disputado apenas 23 partidos con el Paranaense, el club que lo tiene en filas desde los 10 años. 

Derrotar al "Fla" sería "un sueño hecho realidad", agrega el guardián del arco del "Furacão".

Azar

Bento, en 2020, era el quinto portero en la lista para el entonces entrenador, Paulo Autuori, cuando los astros se alinearon a su favor. 

Santos y Jandrei, el titular y el segundo que le peleaba el puesto, se enfermaron de COVID-19 en un brote al interior de la plantilla. El cuarto y tercer portero se habían marchado cedidos poco antes a equipos de la Serie B brasileña.

Con las restricciones por la pandemia en su momento más fuerte, Bento Matheus Krepski fue llamado a estrenar los guantes como profesional ante el argentino River Plate en la serie de los octavos de final de la Copa Libertadores.

Evitando goleadas ante el Millonario, aunque no la eliminación (derrota 1-0 como visitante y empate 1-1 como local), su nombre empezó a hacerse un espacio.

"Desde mi debut contra River puedo decir que he ganado un poco de experiencia (...) Fue un poco difícil al principio, [tenía] un poco de ansiedad porque quería jugar enseguida, quería que las cosas salieran bien", explica. 

Tras partidos esporádicos como inicialista en 2021, el destino le sonrió de nuevo en abril de este año. Santos, el portero titular en la Copa Sudamericana 2018 y 2021, los dos títulos continentales que tiene el Huracán brasileño, se marchó al Flamengo. 

Bento reclamó su puesto y en Guayaquil enfrentará a su maestro y colega del otro lado de la cancha. 

Recompensa

Paraná y Bahía son los únicos dos estados de los seis más grandes de Brasil donde el fútbol es una religión, que aún no tienen un campeón de Libertadores.

El sueño de la región de 11 millones de habitantes se gesta en su club más importante de los últimos años, fiel a la idea de buscar jugadores de clubes pequeños a través de ojeadores y proyectarlos al primer equipo como trampolín antes de ir a Europa. 

"Ciertamente, el estado de Paraná se merece un campeón de la Libertadores porque nuestro club se lo merece, trabajamos duro para intentar conseguir este título inédito", enfatiza Bento, nacido en la capital Curitiba.

El rojinegro es inherente a su corazón tras 13 años perteneciendo al club. Historias como la suya se repiten en Khellven (21 años), Abner Vinicius (22) o Vitor Roque (17), algunos de sus compañeros en el once titular. 

Ganarle al Flamengo "sería un gran logro no solo para mí, sino también para el club. Porque apuestan mucho por ello, apuestan mucho por los equipos juveniles, que es de donde vengo", asegura.

Llegar por segunda vez a una final del torneo más importante del continente, tras perder con Sao Paulo en 2005, "es el fruto de muchos años de trabajo en las categorías inferiores del club" que hoy encabeza el DT Luiz Felipe Scolari. 

De cara a la final "no puedo adelantar instrucciones [de 'Felipao'], porque si no el Flamengo las captará e intentará neutralizar lo que podamos hacer en el campo. Pero estoy seguro de que será un gran partido (...) estaremos preparados para lo que ocurra", sostiene Bento. 

De ganar en Guayaquil se verá las caras en el próximo Mundial de Clubes con el belga Thibaut Courtois (del Real Madrid), elegido como el mejor portero del mundo en la reciente gala del Balón de Oro.