Carlos Alcaraz: de promesa a número uno del tenis mundial en una ascensión meteórica

De la matera cósmica que dejan las moribundas estrellas masivas tras una supernova surgen nuevas estrellas y planetas. Cuando el paso del tiempo comienza a hacer que se vislumbre el final de la época dominada por, posiblemente, los tres mejores jugadores de la historia como son Rafael Nadal, Novak Djokovic y Roger Federer, un nuevo astro ha irrumpido con fuerza en el panorama tenístico: Carlos Alcaraz (o, como él prefiere que le llamen, Carlitos o Charly).

El jugador nacido el 5 de mayo de 2003 en la localidad murciana de El Palmar está protagonizando un 2022 de ensueño que ha dejado tanto desconcertados como entusiasmados a todos con su juego. A principios de 2020 era el número 490 del mundo; en febrero de 2021 había escalado hasta el puesto 146 y a principios de 2022 aún era el 32º mejor de la ATP. Charly culminó esta ascensión el pasado mes de septiembre al ganar su primer Grand Slam, el US Open, donde se convirtió en el jugador más joven de la historia en ser el número 1 mundial (también es el más joven de los 100 primeros del ranking).

"No he tenido el tiempo necesario para entender plenamente lo que logré en Nueva York. La verdad es que sigo siendo el mismo, no creo que haya cambiado nada en mí por ser número 1. El mundo de tenis no para, cada semana comienza una nueva aventura y no puedes estar pensando y recordando lo que has hecho. Fue espectacular ganar el US Open, pero lo que hay que hacer es mantenerse concentrado en los entrenamientos y centrarse en alcanzar los objetivos marcados", afirmó Alcaraz que no cree que sienta una presión extra por hallarse solo en la cima: "Escuché a Medvedev decir que sintió la presión de ser el número 1. Yo no la he sentido porque he tenido el calor de toda la gente detrás de mí".

Uno de sus puntos fuertes a pesar de su edad es su mentalidad ganadora: "Nunca pensé que llegaría tan rápido a ser el número 1 del mundo, pero ahora que estoy aquí quiero mantenerlo el mayor tiempo que sea posible", expresó el murciano, cuyo juego del siglo XXII ya fue elogiado por el entrenador Patrick Mouratoglou.

Entre la multitud de récords de precocidad que está batiendo también destacan ser el ganador de un Grand Slam más joven desde Nadal en 2005 y del US Open desde Pete Sampras en 1990; el más joven en hacerse con un torneo ATP 500 con el que ganó en Río de Janeiro en febrero y el tercero de menor edad en triunfar en un Masters 1000 con su título en abril; o el honor de ser el más joven en ganar tanto a Nadal como a Djokovic y el primero en hacerlo en un torneo jugado sobre tierra batida, logró que consiguió el pasado mes de mayo en el Masters 1000 de Madrid que también alzó. 

Alcaraz-Ferrero, una dupla para el éxito

Su entrenador desde 2018, Juan Carlos Ferrero (42), sabe de sobra lo que siente Alcaraz porque él también lideró la ATP en 2003 (el año en el que nació su pupilo): "Cuando uno llega muy pronto al éxito, siempre hay riesgo de perder esa motivación de seguir peleando y relajarte un poco por verte arriba. El hecho de relajarte te puede llevar a no entrenar al 100%. Fuera de pista me preocupa que mucha gente se le acerque y le diga lo bueno que es, que no le diga las cosas tal como son. Son preocupaciones que conozco, pasa cuando eres una persona muy conocida y has tenido éxito, son cuestiones difíciles de manejar. Nosotros estamos muy encima de él, intentamos tenerlo todo controlado y estar pendientes de él".

El de Onteniente sabe que tiene un diamante en bruto, no en vano en abril llegó a afirmar que aún estaba al "60% de su máximo nivel" y no le sorprende su éxito desde que comenzaron a trabajar juntos en la  la Equelite JC Ferrero Sport Academy en Villena (Alicante): "Tenía claro que iba a ser muy bueno: tiene una gran capacidad para adaptarse a situaciones que se le ponen más complicadas y solucionarlas con carácter"."

La relación y la química existente entre maestro y aprendiz es otro de los motivos del éxito de Carlitos, como aseveró este último tras su triunfo en Nueva York: "Gracias a él puedo levantar el US Open. Si no lo tuviera en mi box, sería imposible. Juan Carlos es mi segundo padre. Pudo entrenar a otros grandes jugadores, pero me eligió a mí".

Reconocimiento mundial

La repercusión del tenista español ya traspasa fronteras. La prestigiosa revista TIME le incluyó en su lista de las 100 mayores estrellas emergentes, donde se enumeran tanto líderes sociales como artistas, personalidades con gran influencia, y entre sus compañeros el número de elogios es interminable, como se puede ver a continuación:

Nadal: "La llegada de Carlos es fantástica para nuestro deporte. Por parte de los medios, se vive del momento. Creo que había la necesidad de una cara nueva, y más si es increíblemente bueno".

Djokovic: "Es bastante sorprendente lo que ha conseguido, no podemos hablar de él como futuro porque ya es presente, un auténtico número uno del mundo. Creo que es una gran noticia para nuestro deporte y lo considero una auténtica estrella en ciernes". 

Federer: "Es un tenista fantástico y la clara muestra de lo que siempre dije acerca del surgimiento de nuevas superestrellas. Él es una de ellas, su juego es brillante".

Paula Badosa: "El nivel que mostró en Nueva York fue increíble; la manera en que llegaba a las bolas, cómo conectaba sus tiros, cómo fluía por la pista. Creo que puede estar muchos años como número 1 del mundo, casi sin darse cuenta. Lo que más me sorprende de él es su humildad".

Dominique Thiem: "Es totalmente nueva la manera en que compite. Verle en Nueva York sobreponiéndose de situaciones difíciles, atacando una y otra vez y disputando cada punto sin miedo es tremendo. Considero que está a punto de cambiar el tenis y los demás debemos adaptarnos. Juega muy rápido y ha elevado este deporte a un nuevo nivel. Comparados con ellos, el big three eran casi defensivos o cautelosos. Este cambio sin duda afecta a otros tenistas, que tienen que verse capaz de cambiar un poco su patrón de juego cada vez que jueguen contra ellos".

En las manos y la raqueta de Carlos Alcaraz está el consagrarse en el firmamento o quedar como una bonita estrella fugaz, aunque su mentalidad y humildad hacen indicar que la primera opción será la más probable en la larga carrera que todavía tiene por delante.