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"Pinotmanía" en los Vosgos en la 20ª etapa del sábado

Flashscore, avec AFP
Pinotmanía en los Vosgos en la 20ª etapa de este sábado.
Pinotmanía en los Vosgos en la 20ª etapa de este sábado.Profimedia
Una "curva Pinot" en el Petit Ballon, una pantalla gigante en su casa de Mélisey y comités de bienvenida por todas partes: Thibaut Pinot será celebrado como un semidiós el sábado en sus carreteras de entrenamiento en los Vosgos, por las que correrá por última vez en el Tour de Francia.

"Va a ser una gran fiesta, un momento muy fuerte", dice el escalador del Franco Condado que, a sus 33 años, dará sus últimas vueltas a los pedales antes de guardar definitivamente la bicicleta al final de la temporada. El ciclismo francés quedará entonces huérfano de este personaje singular,"un poco salvaje y tímido", al que sólo le gusta"el silencio" y cuidar de sus cabras en su granja de Mélisey, en la Alta Saona.

Pero la tranquilidad tendrá que esperar. El sábado, Pinotmania se prepara para alcanzar nuevas cotas en una vigésima etapa con seis puertos que conoce de memoria, entre Belfort y Le Markstein. "He oído que se están organizando algunas cosas", dice el piloto del Groupama-FDJ.

Así es. En su pueblo natal se instalará una "fan zone", con una pantalla gigante y un puesto de avituallamiento. Lo mismo ocurre en La Bresse, en la Traverse de la Roche, donde la Asociación de Esperanzas del Esquí de Fondo de los Vosgos se ha volcado. Pero es sobre todo en el Petit Ballon, penúltima subida del día, donde van a ocurrir cosas, y más concretamente en la "curva Pinot".

Thibaut Pinot
Thibaut PinotAFP

"Cantad muy alto, agitad tifos y mostrad a los demás que Thibaut es grande hoy", son los requisitos previos que pide la cuenta paródica "Fédération Française de la Lose", que incluso está organizando un viaje en autocar desde París para venir a animar al ídolo. "Lleva 10 años haciéndonos soñar: ya es hora de que le devolvamos el favor. Y nos llevamos a los mejores", proclama la convocatoria a la gran reunión.

Para ser seleccionado, habrá que "haber creído en él en el Giro de 2018 y 2023, en el Tour de 2019 y en el Dauphiné de 2020", es decir, cada vez que al campeón de Mélisey se le ha escapado una gran victoria.

"Cada vez más loco

Thibaut Pinot puede tener un palmarés más que respetable - 3º en el Tour en 2014, tres victorias de etapa, triunfo en la Vuelta a Lombardía... en Francia, se le quiere más por sus magníficas derrotas. Su garbo, pero también sus problemas, sus fragilidades y su personalidad, que califica de "fuera de serie", han creado un icono romántico que a menudo se supera a sí mismo.

"Estoy lejos de ser el mejor. Y sin embargo soy uno de los más animados. No tengo el palmarés de un Julian Alaphilippe, y no creo haber dejado mi huella en la década del ciclismo. Pero cada puerto de montaña que subo, se vuelve más y más loco", dice el corredor que incluso tiene su propio kop personal, el Collectif Ultra Pinot.

Desde el inicio del Tour, su pasión se ha desbordado y por toda Francia han aparecido carteles en los que se lee"Wonder Pinot" y"Jubilación a los 33 años, Pinot Presidente". "Me da mucha emoción y adrenalina. La gente me dice a menudo: gracias Thibaut. Mi mejor forma de agradecérselo sería ganar una etapa", afirma.

Pero, lúcido sobre su nivel, admite que ganar sigue estando"más allá del sueño" y ya espera"estar delante" el sábado"para disfrutar de este ambiente". "Habrá muchas emociones y será mi último puerto de montaña en el Tour".

Después, le quedarán unas cuantas carreras antes de bajar definitivamente el telón en octubre. Estoy contento de parar", dice. Y dentro de un año podría estar al borde de la carretera con mis compañeros animando a los ciclistas", entre dos salidas de pesca y dar de comer a las cabras en el silencio de Mélisey.