Calma, serenidad, lentitud y un leve entusiasmo. La sentencia anterior define el desarrollo de la segunda etapa de La Vuelta España, la segunda jornada que se ha desarrollado en Portugal y que ha dejado un día ideal para los velocistas, tanto por el plano que ofrecía el recorrido como por el clima.
La etapa, que fue planeada para ser un homenaje a Joaquim Agostinho, el ciclista luso más laureado en la historia, no ha sido sinónimo de recuerdo, de potencia o de agresividad. El pelotón se decantó por mantener la pausa y por guardar fuerzas para un final que terminó siendo quizás algo más animado que la carrera.
Kaden Groves ha llegado primero a la meta y ha celebrado por todo lo alto su victoria en la segunda etapa de la competición. El australiano derrotó con autoridad a un Van Aert que pese a caer asume el liderato de La Vuelta. El belga se lanzó demasiado lejos de la meta y, poco a poco, perdió potencia hasta que se vio superado por Groves. Paul Miquel, del Kern Pharma, ha sido el mejor de los españoles, quedando en la cuarta posición de la etapa. Groves (1º), Van Aert (2º) y Corbin Strong (3º) han cerrado el podio.
El lunes tendrá lugar una nueva jornada para velocistas. Serán 192 kilómetros con un puerto de montaña de segunda categoría, ideal para buscar una fuga.