Danielle Collins refleja un estado de forma envidiable y mantiene su ambición
18 de enero de 2024, 2ª ronda del Abierto de Australia. Tras perder una batalla a tres sets contra Iga Swiatek, Collins, la ex número 7 del mundo que había caído a un anónimo 62º puesto, anunció que pronto guardaría sus raquetas para siempre.
"Esta va a ser mi última temporada profesional", declaró a la prensa la floridana, sin saber"exactamente cuándo" terminará la aventura.
Desde su sorprendente aparición en la final del Abierto de Australia en enero de 2022 y su entrada en el top 10 en abril del mismo año, a Collins le han faltado resultados. Su deseo de formar una familia y su cansancio de los incesantes viajes por el circuito hicieron que su decisión pareciera irrevocable.
Pero un año excepcional en 2024 iba a hacerla cambiar de opinión.
Cuartofinalista en el WTA 1000 (los torneos más importantes después de los 4 Grand Slams) de Doha en febrero, Collins ganó su primer título WTA 1000 un mes más tarde en Miami, en casa.
En aquel momento ocupaba el puesto 53, lo que la convertía en la jugadora con peor clasificación de la historia del torneo en alzar el trofeo.
"Veo que a mucha gente le gustaría que siguiera jugando", declaró entonces."Pero mis problemas de salud también me complican la vida fuera de la pista", explica la estadounidense, que padece endometriosis y en 2019 le diagnosticaron artritis reumatoide (una enfermedad inflamatoria de las articulaciones).
"De vuelta en 2025"
Una semana después de triunfar en pista dura en Miami, Collins siguió en la WTA 500 de Charleston (Carolina del Sur), disputada sobre tierra batida.
Su víctima en la final, la rusa Daria Kasatkina, no tardó en burlarse de ella:"Iba a decir que te iba a echar de menos en el circuito, pero después de este partido, no estoy tan segura", bromeó.
A finales de mayo, Collins alcanzó otra final en el WTA 500 de Estrasburgo, que la vio regresar al Top 10.
Derrotada en la 2ª ronda del Abierto de Francia, la mujer que responde al sobrenombre de Danima regresó a París en julio para disputar el torneo olímpico. Un golpe de calor y una lesión abdominal la obligaron a retirarse en cuartos de final contra Iga Swiatek.
Una nueva derrota ante la número 1 del mundo marcó un auténtico punto de inflexión, ya que Collins cayó tres veces en su regreso a las pistas.
Su última aparición en un torneo oficial fue en el WTA 500 de Guadalajara a principios de septiembre, pero el 18 de octubre anunció en Instagram que el torneo mexicano no sería el último.
"Tenía muchas ganas de terminar mi carrera tenística por todo lo alto este año (...) pero las cosas no salieron según lo previsto", escribió en la red social.
"Tener que lidiar con la endometriosis y la fertilidad es un gran desafío para muchas mujeres, y uno por el que estoy pasando actualmente (...) Simplemente va a llevar más tiempo del que pensaba", continuó la jugadora, que añadió que estaba consultando a"numerosos especialistas" para"hacer realidad su último sueño: formar una familia".
"La historia de Danimal aún no ha llegado a su fin, así que volveré al circuito en 2025", concluye Collins, antes de indicar que seguirá jugando al tenis profesional"hasta que haya más certezas" sobre su proyecto familiar.
Preguntada el martes en Málaga sobre el momento preciso en que tomó esta decisión, la número 11 del mundo prefirió concentrarse en la Copa BJK.
En cualquier caso, el cambio de opinión de Danielle Collins alegró a la capitana estadounidense Lindsay Davenport, que no podrá contar en Málaga con sus estrellas Coco Gauff (3ª) y Jessica Pegula (7ª).
"Cuando Danielle dijo que estaría disponible para venir a España, todo el equipo se alegró", declaró en rueda de prensa.