Carlos Sainz, cauto: "Por experiencia, sé que las carreras hay que acabarlas"
"Trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo, por Dios". Esa frase, mítica ya, la gritó su excopiloto Luis Moya cuando, a 200 metros de la meta del rally de Gran Bretaña, en 1998, su Toyota Corolla se paró e impidió que se proclamasen campeones del mundo por tercera vez.
El pasado mes de noviembre se cumplieron 25 años de aquel infausto recuerdo que alimentó durante años el mito de la mala suerte que acompañaba al piloto madrileño. Pero Sainz nunca creyó en brujas ni en meigas sino en el trabajo bien hecho.
Y el Dakar le dio una nueva oportunidad de mostrar sus dotes al volante. Ya ha celebrado tres triunfos absolutos en el rally de los rallies. El cuarto lo tiene en su mano este viernes. Lleva 1 h 26 m 48 s de ventaja sobre Sebastien Loeb. Pero por lo acontecido en aquel evento de Inglaterra sabe que no se puede celebrar nada sin haber cruzado la meta.
"Mi experiencia me dice que hay que acabar las carreras, y queda un día", ha recordado tras llegar a meta en la penúltima etapa. Por eso, su único objetivo ahora mismo es "seguir concentrado" y evitar los problemas, como ha hecho este jueves en el que Loeb cedió más de una hora.
Y eso que tuvo un pinchazo "a 40 km del final. Si iba despacio hasta entonces, pues ahí aún he ido mucho más", ha comentado de modo sincero Carlos Sainz sobre su estilo de pilotaje tras conocer la avería de Loeb.
Este viernes hará lo mismo en la etapa que se inicia y concluye en Yanbu, con un total de 328 kilómetros, de los que 153 son de enlace y sólo contarán cronometrados los 175 km de especial.