Arranca el Mundial de F1 con los únicos ensayos de pretemporada en Baréin
La isla del Golfo, teatro del primer Gran Premio de la temporada el 2 de marzo, podría ser también el escenario de la resolución del caso que afecta al patrón del equipo campeón, denunciado por "comportamiento inapropiado" por una empleada.
Christian Horner, al que se espera en el circuito de Sakhir, está siendo objeto de una investigación interna en su propio equipo, aunque niega las acusaciones.
Por el momento la escudería austriaca no ha anunciado ninguna decisión sobre el futuro de Horner, pese a que el promotor del campeonato, declaró el fin de semana que espera que "el caso sea clarificado lo antes posible".
"Ha habido inevitablemente una distracción" en el seno de Red Bull, reconoció Horner, de 50 años, el pasado jueves durante el acto de presentación del RB20, el nuevo monoplaza con el que la escudería espera poder alargar su dominio, "pero el equipo está muy unido y todo el mundo está concentrado en la próxima temporada", añadió.
¿Red Bull sigue siendo imbatible?
Desde el punto de vista deportivo, el vigente doble campeón del mundo de constructores, tiene el listón muy alto. Ganador de 21 de 22 carreras en 2023, Red Bull tratará de conquistar de nuevo el título de pilotos, que el neerlandés Max Verstappen logró en las últimas tres temporadas, compartiendo garaje con el mexicano Sergio Pérez.
El curso pasado "solo Singapur se nos escapó, por lo que técnicamente podemos hacerlo mejor, aunque lógicamente va a haber una convergencia con el reglamento estable (desde 2022)", anticipó Horner, quien espera mayor competencia la temporada que va a comenzar.
¿Será realmente así? "Si seguimos con nuestro ritmo de desarrollo de 2023 en 2024, entonces estaremos en posición de fuerza", aventuró Andrea Stella, 'Team Principal' de McLaren, cuarto en el campeonato de constructores en 2023. "Pero veremos si eso es suficiente para competir con Red Bull y los otros equipos punteros que han aportado mejoras" a sus nuevos vehículos.
En lo últimos días, cada uno de los diez equipos presentes en la parrilla ha ido presentando los coches con los que iniciarán el campeonato, pero será en Baréin donde estarán todos juntos por primera vez en una pista, aunque seguramente todos escondan algunos secretos.
Parrilla sin cambios
Los tradicionales ensayos invernales servirán este año para presentar a los dos nuevos directores de equipo: el francés Laurent Mekies dejó Ferrari para tomar el mando en Racing Bulls (ex-AlphaTauri, la escudería satélite de Red Bull) y el japonés Ayao Komatsu se hace cargo de Haas en sustitución del popular Günther Steiner, cesado en enero.
En cambio, la parrilla de pilotos será idéntica a la de 2023, una novedad en la historia de la F1... y que no se repetirá en 2025, donde el fichaje ya anunciado de Lewis Hamilton por Ferrari hace prever un efecto dominó de proporciones aún desconocidas.
El sorprendente anuncio de que Hamilton dejará Mercedes (equipo en el que ganó seis de sus siete títulos mundiales) para ir a Ferrari, deja un hueco en la escudería alemana.
Fernando Alonso, campeón del mundo en 2005 y 2006, figura entre los pretendientes a ocuparlo, ya que su contrato con Aston Martin acabará al término de la presente temporada.
El asturiano, en contra de los tests tan cortos
Por otra parte, Alonso se ha mostrado contrariado por el formato de los ensayos invernales, limitados esta ocasión a solo tres días, de miércoles a viernes: "Es injusto que tengamos un día y medio para preparar un campeonato del mundo", criticó el español de 42 años.
En efecto, los equipos solo dispondrán de un solo monoplaza para sus dos pilotos, que solo podrán subir al coche durante una jornada y media. "No entiendo por qué no vamos a Baréin durante cuatro días, con lo que cada piloto tendríamos dos días" de pruebas, se preguntó el asturiano.
"El calendario ya es suficientemente 'brutal' así", declaró por su parte 'Checo' Pérez. "No hay tiempo para más ensayos", añadió el mexicano con razón: la temporada tendrá 24 carreras, un récord en la historia de la especialidad, a un ritmo despiadado que pesa cada vez más sobre las propias escuderías.