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Sainz renace y firma una victoria para el recuerdo en el GP de Australia

Daniel Núñez
Sainz, a años luz de su compañero de equipo.
Sainz, a años luz de su compañero de equipo.WILLIAM WEST / AFP
El madrileño consiguió un memorable triunfo en una jornada aciaga para Red Bull. No ganaba desde septiembre de 2023, en Singapur, justo antes de que Max Verstappen empezara una imperial racha que ha durado seis meses.

Todo parecía transcurrir con normalidad en el Gran Premio de Australia: pese a las buenas sensaciones de Ferrari a lo largo del fin de semana, Verstappen dio un golpe de autoridad durante la clasificación y se hizo con la tercera pole de la temporada. Espectacular pleno para el neerlandés, que se las prometía muy felices tras la salida, sin incidentes, y acabó abandonando sólo unos minutos después. De repente, su coche empezó a echar humo.

Carlos Sainz, que mantuvo su puesto y aspiraba a ser un quebradero de cabeza para el vigente campeón del mundo, subió a lo más alto. Lejos de ponerse nervioso, el piloto de 29 años se consolidó ahí y olvidó su reciente operación de apendicitis. El contexto era ideal de cara a conseguir un nuevo triunfo en la Fórmula 1 -llevaba dos hasta ahora- y, en cierta manera, reivindicarse ante su propio equipo. Entretanto, Lewis Hamilton se retiraba en la decimoséptima vuelta.

El británico, flamante incorporación de la escudería italiana, había sido el primero en acudir al garaje, un movimiento que provocó cierto efecto llamada. Y hablando de Frédéric Vasseur y compañía, mención especial para el prematuro undercut de Charles Leclerc a los corredores de McLaren (Oscar Piastri y Lando Norris). El australiano, que tenía como objetivo subir al podio en su país, vio cómo su pareja de baile se infiltraba en una fiesta teñiada de rojo.

Cada cual con su lucha 

Fernando Alonso cayó a la undécima plaza al principio, si bien fue progresando con sus neumáticos duros. Llegó a ser segundo de forma simbólica, un doblete español que se antoja utópico, y la carrera se le puso relativamente de cara cuando apareció el virtual safety car, situación que le permitió soñar. Consciente de su realidad, en cambio, asumió que la lucha era con George Russell y no con Sergio Pérez. Por ello, se aferró a la sexta plaza, un esfuerzo sin premio por la sanción posterior.

El bueno de Alonso apenas tuvo descanso, aunque el accidente de Russell en la recta final aseguró los ocho puntos. Mientras, Sainz, todavía renqueante por la intervención a la que se sometió hace un par de semanas, dominaba con puño de hierro y sin tener que sufrir para conservar su privilegio. Leclerc, sin posibilidades de ser campeón, entendió que su papel era mantener a raya a Norris y Piastri, quienes estaban dispuestos a frustrar un escenario que no tenía lugar desde marzo de 2022.