Martinator deberá esperar al domingo para ser campeón del mundo

Con más nervios y tensión que de costumbre, se le notaba en la cara, algo lógico jugándose el Mundial, Jorge Martín no se cortó en la salida. Quiso evitar problemas en la primera curva de Montmeló y salió indemne. Incluso se pegó a Bagnaia colocándose segundo, aunque Bastianini se terminó colando entre los dos. 

Fue un momento de tirar no del acelerador sino de cerebro, de saber que su objetivo no era tanto ganar el esprint, aunque eso le daría el título, como perder el menor número de puntos posibles teniendo en cuenta que aún podía contar con la carrera del domingo. 

Trabajo en equipo de los italianos

Martín, de igual modo, intentó adelantar en varias ocasiones sin demasiado riesgo, pero Bastianini, trabajando para Pecco, se lo puso muy complicado, incluso frenándole para que su compañero se pudiera marchar en solitario. Jorge no estaba dispuesto a esperar por detrás. A ocho vueltas del final lo superó, si bien ya estaba a más de un segundo de su único rival por el Mundial.

Desde ahí, tiró de nuevo de calculadora. No merecía la pena arriesgar para cazar al vigente campeón pensando en que podría llegar al domingo con 21 puntos de ventaja. Ya saben aquello de más vale pájaro en mano que ciento volando. 

Lo que no esperaba, o puede que sí, es que en la última vuelta Bastianini de nuevo hiciera de las suyas para adelantarle con máximo riesgo y quitarle la segunda posición. Martín tuvo que levantar el pie del acelerador para evitar el contacto y asegurar la tercera.

Son 19 puntos los que tiene de ventaja el madrileño. Con ser noveno, aunque Bagnaia ganase, le bastaría para ser campeón del mundo de MotoGP.