El Barça, virtual campeón de LaLiga tras castigar al Madrid a última hora (2-1)
Como no podía ser de otra manera, el Spotify Camp Nou se vistió de gala para acoger el partido más emocionante y que nadie que llame aficionado al fútbol quiere perderse (ni siquiera Guardiola, que estaba en el palco como un culé más) de los miles que se juegan en todo el planeta, con la duda de qué versión del Barça se vería: si la extremadamente conservadora del partido en Copa en el Bernabéu o la ofensiva que tanto gusta en la Ciudad Condal.
Todo atisbo de incógnita quedó resuelto nada más comenzar el encuentro, puesto que ambos equipos salieron con todo a presionar arriba a sus rivales para tratar de imponer su juego. Los máximos encargados del gol por uno y otro lado, Benzema y Lewandowski, no tardaron en hacerse ver con sendos disparos lejanos que tampoco fueron demasiado claros, pero que sirvieron para entonar a Ter Stegen y a Courtois.
La ocasión del ariete polaco animó a los suyos, que esta vez sí que obligaron a esforzarse al máximo al guardameta blanco por medio de una de las típicas diagonales de un Raphinha con la confianza por las nubes, pero su cabezazo fue despejado por el belga y la jugada acabó con un tiro alto desde la frontal de Sergi Roberto, que fue una de las apuestas de Xavi para contrarrestar el poderío merengue en la medular y que sería crucial en el desarrollo del encuentro.
Vinícius le ganó la partida a Araújo
La otra fue mucho más reconocible: la de emparejar desde el lateral derecho a uno de los mejores defensores del mundo, Araújo, con uno de los mejores atacantes, Vinícius. Al carioca se le veía con muchas ganas de reivindicarse ante uno de los huesos más duros de roer que suele tener y le ganó al charrúa la primera batalla que, además, supuso el 0-1 en el minuto 9.
El extremo se paseó como Pedro por su casa por el área culé ante la pasividad de la defensa, que simplemente se dedicaba a observarle, hasta llegar al costado izquierdo, su posición favorita. Desde ahí se sacó un centro hacia el corazón del área, con la suerte de que el balón golpeó en la cabeza del uruguayo y, casi sin ángulo, entró en la portería de un Ter Stegen que solo pudo lamentarse ante el segundo gol en toda la liga que encajaba en el Camp Nou.
Con la ventaja en el marcador y los deberes hechos, aunque fuera gracias a la fortuna, los chicos de Ancelotti optaron por tratar de atacar alargando al máximo sus posesiones cuando pudieran, pero sin descuidar las ayudas en defensa ante los continuos centros al área del Barça, que lo intentó sin parar de este modo durante el resto de la primera mitad.
El gol psicológico de Sergi Roberto
Cuando parecía que los blancos, que tampoco estaban sufriendo demasiado, iban a irse a los vestuarios con el resultado a favor, llegó el empate en otra jugada un tanto afortunada, pero esta vez en el área contraria. En otro balón colgado que acabó suelto en el punto de penalti tras varios rebotes, Sergi Roberto aprovechó el barullo para sacarse un disparo colocado que fue inapelable para Courtois y que hizo que la parroquia azulgrana estallase de júbilo.
Así se llegó al descanso, y la segunda mitad comenzó de un modo similar, con los equipos ejerciendo una presión alta y con dos jugadores destacando sobre todos los demás: Raphinha y Vinícius. El primero, cuando ya se relamía para aprovechar otra diagonal, obligó a Nacho a estirar la pierna todo lo que le permitió su anatomía, y el segundo era un quebradero de cabeza constante tanto para Araújo como para todos los compañeros que le hacían la cobertura.
Lógicamente, la tensión y el gran esfuerzo físico de los 22 jugadores durante el partido comenzaron a provocar errores y descuidos. De uno del Barça llegó una ocasión clara de Rodrygo, que acababa de entrar sustituyendo a Kroos, y de un fallo de marca de la defensa madridista, que dejó absolutamente solo a Lewandowski, estuvo a punto de llegar un gol que habría quedado para los anales de la historia en los Clásicos, pero la tijereta del polaco se le fue arriba.
Del 1-2 al 2-1 para decidir una liga
La entrada de Tchouaméni, Ceballos y Asensio mediada la segunda mitad, a lo que Xavi respondió metiendo músculo en el centro del campo con un Kessié que acabaría siendo el héroe, dio un plus de vitalidad al Madrid, que necesitaba marcar sí o sí para seguir teniendo un hilo de vida en el campeonato. De este modo, el partido se convirtió en un apasionante ida y vuelta y pareció que los de Ancelotti se iban a llevar el gato al agua cuando Asensio, en uno de los primeros balones que tocaba, aprovechó un pase de Carvajal para poner el que iba a ser el 1-2.
Pero todo el gozo del balear (y de los millones de aficionados madridistas), en un pozo porque el VAR acertó a ver que se encontraba en posición de fuera de juego en el momento del envío de su compañero.
No sería ni mucho menos el peor de los varapalos que se llevó el Real Madrid en lo que quedaba de partido ya que, pese a que continuaron volcados en el área de Ter Stegen en busca del ansiado gol, se descuidaron atrás y esto lo aprovechó a las mil maravillas el Barça.
En una contra perfecta, Lewandowski encontró a Balde con un genial taconazo y el canterano culé, dentro del área, asistió para que Kessié entrase en el segundo palo con todo para batir a Courtois y dejar finiquitada LaLiga, por lo que los 12 partidos que quedan serán un mero trámite porque se podría afirmar sin temor a equivocare que Xavi y sus pupilos serán los campeones de la edición 2022-2023 del campeonato doméstico.
Jugador Flashscore del partido: Raphinha.