Cuando la vida está en juego tienes dos opciones: rendirte o luchar. El Elche demostró al Betis y al resto de LaLiga que ha elegido lo segundo, que mientras tenga un halo de esperanza, un mínimo aliento, seguirá peleando por su supervivencia. Pero el fútbol no entiende de justicias ni de romanticismos. El pobre, por mucho que luche, seguirá siendo pobre.
Sus primeros ocho minutos ante los verdiblancos fueron para enmarcar. Intensidad en la presión, claridad de ideas y una pequeña dosis de fortuna. La que le sonrió cuando Tete Morente, de espaldas a la portería de Bravo y mientras salía del área para buscar espacios, recibió un pisotón involuntario de Abner Vinicius. El brasileño no quería, pero la falta existió y el VAR lo confirmó. La sangre fría de Fidel ante un parapenaltis como el meta chileno para hacer un Panenka le sirvió para poner el 1-0.
Animado por el gol y observando que el Betis aún no había comparecido, Palacios presionó en medio campo hasta que Boyé se aprovechó de la insistencia de su compañero para hacerse con la bola, plantarse en la frontal del área y disparar. Un año después de su último gol en casa, el Martínez Valero celebró un tanto del argentino. Ver para creer, en ocho minutos, 2-0 para los ilicitanos. La cara de los sevillanos era un poema.
Un cuarto de hora tardó en reaccionar el equipo de Pellegrini con una rápida contra que finalizó Ayoze y despejó Edgar Badía. El dominio ya había cambiado de bando y era el delantero canario el más incisivo. Pero dejaban en su ofensiva espacios para que los de Machín pudieran correr a placer. Ni unos ni otros, sin embargo, tuvieron la capacidad en esos instantes con el encuentro roto para disponer de claras opciones de gol.
Revolución de Pellegrini
Enfadado como estaba el técnico chileno con la actitud de sus pupilos, a la vuelta al césped hizo tres cambios. Al campo Miranda, Borja Iglesias y el eterno Joaquín. Con la cruz de los sentenciados, otra vez Abner, además de Juanmi y Luiz Henrique. Qué acierto el de Pellegrini.
Las sustituciones le cambiaron la cara al equipo andaluz. Fue Joaquín, a centro de Miranda, el que tuvo el gol en su zurda. Clerc, cuando ya se cantaba el tanto, apareció para negárselo. Poco después, Edgar Badía tuvo que tirar de 'gadgeto-brazo' para sacar de la escuadra un disparo de Ayoze. Definitivamente, la tendencia había cambiado.
Y más aún cuando una mano de Magallán siendo el último defensa fue considerada por el árbitro, tras revisión del VAR, como roja. Controvertida cuanto menos la decisión. Tanto que Pape Cheikh, que estaba en el banquillo y por protestar, también fue expulsado. Tenía el Elche que resistir más de media hora con uno menos sobre el campo.
Esa resistencia del colista apenas duró cinco minutos. Tete Morente se pasó de revoluciones y cazó a Ayoze dentro del área. Ni protestó. Borja Iglesias tampoco dudó a la hora de lanzar la pena máxima para reducir distancias. Y sólo cuatro minutos después, ya en el 68, Miranda, con un centro chut que no llegó a tocar el Panda, firmó el 2-2. Los franjiverdes estaban muy tocados, física y anímicamente. Cuestión de tiempo que cayera el tercero.
Machín intentó, con hombres de refresco, insuflar aire a los suyos. Pero otra mano, esta de Roco dentro del área, fue castigada con penalti. Borja Iglesias, habitualmente infalible, vio su racha truncada por una sensacional parada de Edgar Badía. Impresionante. Qué portero.
Pero un milagro es posible. Dos ya no. Y otra mano de Roco -el codo, mejor dicho-, a disparo de Willian José acabó otra vez en penalti, y en expulsión del defensor. El brasileño fue el encargado de lanzarlo y de engañar a Badía para firmar el 2-3 y culminar una remontada que deja heridos de muerte a los locales.
Jugador Flashscore del partido: Juan Miranda (Betis).