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El cuento de nunca acabar del PSG: los millones vuelven a estrellarse con la historia

Miguel Baeza
Kylian Mbappé, en el suelo, durante el Bayern - PSG.
Kylian Mbappé, en el suelo, durante el Bayern - PSG.AFP
Con la derrota contra el Bayern de Múnich en los octavos de final de la Champions League, el Paris Saint-Germain volvió a ver frenadas sus esperanzas de conquistar su primera orejona. Nuevamente, los franceses se vieron apeados de la máxima competición continental por un equipo que ha construido su gran nombre a base de historia y no de dinero.

Ni el megacontrato de Mbappé, ni tener al The Best y campeón del mundo, ni sus eternos trucos financieros para gastar dinero ilimitado sin repercusiones le han servido al PSG para conquistar la gloria Europea. Siguen empeñados en ser campeones recurriendo a su músculo económico en lugar de invertir con cabeza para desarrollar una cultura ganadora como los otros grandes clubes del continente.

Desde que Catar asumió el control de la entidad en 2011 han emprendido una cruzada incansable para levantar la orejona, pero todavía no han encontrado el camino correcto. Cada vez que lo intentan, se topan con el muro invisible, pero muy presente, de la historia. Algo que el conjunto parisino se ha negado a construir desde que pertenece al país asiático.

Por contra, los dirigentes del campeón galo han preferido derribar la barrera que les separa del éxito en Champions fichando a los mejores del mundo en ataque y descuidando el resto de las líneas. Ello ha dado como resultado situaciones como la última eliminación, en la que se pudo ver un cuadro desarbolado que terminó encarando el choque más importante del curso con El Chadaille Bitshiabu, de 17 años, debido a las carencias de la zaga.

Son ya 11 las ocasiones en las que el Paris Saint-Germain ha probado el amargo sabor de caer en el camino a la final o, incluso, el de perder en ese último partido. Lo curioso es que, salvo las dos veces que ha sido apeado de la competición por el Manchester City -cuartos de 2016 y semifinales de 2021-, el resto lo ha hecho contra clubes que ya son lo que ellos tanto ansían: campeones de Europa.

Seguramente, lo que más les dolió a los galos fue perder la final de 2020, que se disputó a modo de mini torneo en Lisboa, precisamente contra el Bayern de Múnich, su verdugo de 2023. Por tanto, son dos los años en los que los alemanes han firmado la sentencia del número uno de Francia.

Las otras grandes decepciones llegaron contra el FC Barcelona, una entidad con cinco títulos, en cuartos de 2013 y 2015, y en recordado naufragio de los octavos de 2017 en los que les remontaron el 4-0 de la ida con un escandaloso 6-1. Y como de perder ventajas va la cosa, no podemos olvidarnos de los octavos de 2022 contra el Real Madrid, un equipo que también les eliminó en la misma fase de 2018 con un global de 5-2.

Messi se lamenta durante el Bayern - PSG con Verratti al fondo.
Messi se lamenta durante el Bayern - PSG con Verratti al fondo.AFP

Quedan dos campeones continentales en la lista que certificaron las otras caídas del PSG. El primero fue el Chelsea, en los cuartos de final de 2014. Ya en 2019, en la primera ronda eliminatoria, hincaron la rodilla ante un Manchester United que no atravesaba, ni de lejos, el mejor momento de su historia.

Ahora, en París deben hacerse una pregunta: ¿Seguimos por el camino de confiar en el dinero o intentamos construir una historia ganadora? Nosotros, nos hacemos otra: ¿Aguantará Kylian Mbappé otra decepción como esta sin abandonar el club?