"Es una decisión increíblemente difícil pero la correcta para mí en este momento", ha explicado el central belga para hablar sobre su despedida como Diablo Rojo, justificada en "prestar más atención a mi fantástica familia y centrarme completamente en mi rol en el Amberes". 

Alderweireld, quien comenzó a destacar en el Ajax y, además de en el Atlético, jugó en el Southampton y en el Tottenham, ha mostrado su agradecimiento a quienes confiaron en él e hicieron posible el sueño de defender a su país. 

"De pequeño soñaba con jugar en la selección nacional. Estoy increíblemente agradecido y orgulloso de que este sueño se haya hecho realidad. 14 años después, puedo echar la vista atrás y recordar 127 partidos internacionales, tres Copas del Mundo, dos Eurocopas e incontables grandes recuerdos. Con dolor en el corazón anuncio que dejo de ser internacional con efecto inmediato. Me he entregado por completo física y mentalmente desde mi debut internacional en 2009", ha publicado.

Asímismo, no ha querido olvidarse de los que le rodearon en su aventura. "Quiero dar las gracias a todos mis compañeros de equipo y al personal de los Diablos Rojos por los momentos inolvidables que hemos vivido juntos. Sin ellos, nada de esto habría sido posible". Del mismo modo que también se ha acordado de los aficionados. "Allí donde fuimos, estuvisteis vosotros. Gracias por vuestro apoyo. Nunca os olvidaré".

Una generación perdida

Alderweireld ha formado parte durante más de una década de una de las mejores generaciones de futbolistas que ha dado Bélgica. Desde Eden Hazard, pasando por Kompany, Vertonghen, De Bruyne, Courtois, Lukaku o él mismo, los belgas siempre aparecían como favoritos en los grandes torneos, pero nunca fueron capaces de derribar la gran muralla de los títulos. 

Lo intentó Toby en Brasil 2014, Rusia 2018 y Catar 2022. También en las Eurocopas de 2016 y 2020. Lo máximo que consiguió junto a sus compañeros, un tercer puesto en la cita rusa.