Vinicius pone fin a un mes de sequía goleadora y Rodrygo empieza a despegar
El Real Madrid se movió al son de la samba brasileña de Vinicius Júnior (23) y Rodrygo Goes (22), un ritmo vertiginoso y letal que sirvió para derrotar al conjunto luso, todavía con algunas opciones de avanzar en la máxima competición continental. Ninguno de los dos citados anotó el único tanto hasta el descanso, sino Brahim Díaz, que fue el primero en levantar al público de sus asientos. Y ya lo había hecho antes, pero lo anuló el árbitro (Halil Umut Meler).
Si el ex del Flamengo se mostró bastante desacertado durante la mitad del choque, su compañero y compatriota ya había dejado su sello entonces, especialmente en el minuto 27, cuando protagonizó una fantástica acción en la cual conectó con el ex del Manchester City, que no desaprovechó la oportunidad de inaugurar el marcador. Los visitantes pudieron adelantarse en los compases iniciales, pero Andriy Lunin detuvo el penalti de Álvaro Djaló.
Vinicius, que llevaba un mes sin ver portería (desde la victoria por 4-0 ante Osasuna), se reencontró con el gol al firmar el 2-0 tras una maravillosa definición. Sus números están lejos de los del pasado curso y el vigente campeón de la Copa del Rey necesita que vuelva su mejor versión. Cierto es que estuvo en el dique seco durante tres semanas por una lesión muscular, contratiempo que le hizo ver cuatro encuentros -ante Getafe, Real Sociedad, Unión Berlín y Atlético de Madrid- desde la grada.
La vuelta de 'Rodrygol'
Parecía que había perdido esa chispa tan característica, pero este miércoles tuvo un contexto ideal por el planteamiento que presentó el Braga, con una defensa muy adelantada y muchos espacios en campo propio. Es por ello que pudo correr de forma libre en un jardín llamado Santiago Bernabéu, donde Rodrygo también se lució con una vaselina espectacular ante la que nada pudo hacer el resignado Matheus Lima. El 3-0 sentenció un triunfo muy significativo en la carrera de Carlo Ancelotti.
Conviene destacar que el '11' del Madrid lleva sólo tres tantos (aparte del doblete que convirtió con la Canarinha frente a Bolivia) durante esta campaña, unos registros bastante pobres para un jugador de su nivel. De hecho, ha necesitado cinco meses y medio para celebrar de nuevo ante su afición. Ya mojó también en tierras portuguesas a finales de octubre y este puede ser el comienzo de una recuperación que bien agradecerían los merengues.