La imagen fue esperpéntica. Futbolistas uruguayos peleándose a puñetazos y patadas con seguidores colombianos que estaban cerca de sus familiares, a los que supuestamente estaban insultando y amenazando.
Por esos comportamientos violentos y agresivos en el ámbito deportivo, la Conmebol ha decidido actuar, tomándose su tiempo, para finalmente castigar con dureza a los internacionales charrúas.
El más perjudicado, el delantero del Liverpool Darwin Núñez, sancionado con cinco partidos sin poder jugar y una multa económica de 20.000 dólares.
Tampoco se quedan atrás las penalizaciones para Rodrigo Bentancur, de cuatro encuentros y 16.000 dólares, y las de José María Giménez (Atlético de Madrid), Ronald Araujo (Barcelona) y Mathías Olivera, a los que les han caído tres partidos y 12.000 dólares por cabeza.
Además, hay otros seis jugadores de Uruguay que también han recibido un castigo, en su caso sólo económico, de 5.000 dólares: Sebastián Cáceres, Matías Viña, Emiliano Martínez, Brian Rodríguez, Santiago Mele y Facundo Pellistri.
Por su parte, la Asociación Uruguaya de Fútbol también deberá pagar 20.000 dólares de multa. Del modo, el dirigente Francisco García, que desde el palco de autoridades agredió a un aficionado colombiano con una botella, no podrá entrar en ningún estadio de ningún torneo que organice la Conmebol durante un período de seis meses.