La fiesta de Colombia, que avanza a cuartos, se prolonga ante Costa Rica (3-0)
El calor abrasante en Glendale, por encima de los 40 grados, no se sintió en el campo de juego del State Farm Stadium, cuyo sistema de climatización reguló la temperatura a entre 24 y 26 grados.
Lo notorio fue la falta de acompañamiento masivo del público (27.386 asistentes), muy por debajo de la capacidad de 63.400 espectadores, aunque con aplastante mayoría de afición colombiana.
Sin el sofoco externo, que seca los ojos, el cuadro de Néstor Lorenzo demostró desde el comienzo sus ganas de mandar.
Con James y Díaz muy activos adelante, los amarillos se fueron acercando a la portería de Patrick Sequeira, portero del Ibiza, de la Primera RFEF, y gran figura contra la Canarinha.
El guardameta, a cargo de la dura labor de reemplazar a Keylor Navas tuvo una tarde de contrastes.
Primero evitó el tanto de James, que aspiraba a anotar su gol número 28 como internacional al detener un remate que culminó en una transición rápida iniciada en un pase largo de Jefferson Lerma al atacante del Liverpool.
Ocho minutos después, en una salida innecesaria y errática, derrumbó dentro del área a Córdoba, una de las novedades.
Díaz, de 27 años, tiró fuerte y alto a la izquierda del guardameta de 25 años.
Festín cafetero
Aunque había dicho que firmaba un empate con tal de sumar, Alfaro introdujo un delantero más, Warren Madrigal, para intentar herir a la defensa rival, diezmada por la baja de John Lucumí, lesionado en el debut victorioso ante Paraguay (2-1).
La caída del cerrojo centroamericano tuvo efectos liberadores en el flamante líder, siempre con el '10' como protagonista: ejecutó dos lanzamientos muy peligrosos a balón parado, pero desaprovechados por Davinson Sánchez.
En la tercera, esta vez un córner levantado por Jhon Arias, el zaguero del Galatasaray no perdonó y ratificó el favoritismo de su país al título de un certamen que conquistó en 2001.
Un suspiro después, James exhibió su repertorio al asistir a Córdoba con su pierna débil, la derecha. Cara a cara con Sequeira, el ariete del Krasnodar ruso desenfundó un derechazo para celebrar su primera diana copera.
Con la clasificación en el bolsillo, y Costa Rica completando dos partidos consecutivos sin hacer un solo remate directo a la portería rival, Lorenzo protegió a sus cracks, a los que sustituyó por los prometedores Yaser Asprilla y Jhon Jader Durán.
Los gritos de "James, James" y "¡Lucho, Lucho!" mostraron la comunión de la afición con los astros de un plantel sin techo.