Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más

Jorge Almirón, todo o nada al frente de Boca en la final de la Libertadores

AFP
Jorge Almirón, cara o cruz en Boca Juniors.
Jorge Almirón, cara o cruz en Boca Juniors.AFP
Una constante montaña rusa de resultados define su ciclo en el conjunto argentino. El desenlace ante Fluminense, en la que el Xeneize buscará este sábado su ansiado séptimo título, decidirá la continuidad del técnico en La Bombonera.

Es el todo o el nada para Jorge Almirón. Como ha sido desde que asumió a mediados de abril, cuando perdió 1-0 con San Lorenzo su primer partido en el banquillo boquense por la competición doméstica.

A partir de esa caída un vaivén de resultados ha acompañado su gestión (42 partidos dirigidos en total: 17 ganados, 13 empatados, 12 derrotas), poniendo en entredicho su relación con la afición, que desde la tribuna le exige un mejor funcionamiento del equipo y le recuerda con insistencia la obsesión por ganar la Copa Libertadores.

"Estoy muy contento con el trabajo que venimos haciendo. Tengo un objetivo clarísimo dentro de poco tiempo y solamente pensamos en eso", dijo el técnico días después de eliminar al Palmeiras en las semifinales de la Copa y en medio de nuevos resultados decepcionantes en la Copa de la Liga de Argentina.

El título de la Libertadores es el objetivo de Boca en la temporada. Un revés el sábado en la final significaría poner en riesgo una eventual participación en la edición del próximo año.

Boca es séptimo con 55 puntos en la tabla anual del torneo argentino, que otorga los billetes a las dos competencias de clubes de la Conmebol. Su actual posición, a tres unidades de la cuarta plaza -última casilla para la Libertadores- y cuando su trayectoria es discreta en la Copa de la Liga, lo tiene en puestos de la Sudamericana.

Sin espalda ancha

Boca era un hierro caliente cuando Almirón agarró el comando xeneize. Hugo Ibarra, otrora ídolo del club en la década del 2000, fue destituido a finales de marzo por los malos resultados del equipo y pese a sacarlo campeón de la liga argentina en octubre pasado.

El currículum de Almirón sólo apareció en las oficinas de Boca cuando Gerardo 'Tata' Martino, el entrenador de Leo Messi en el Inter Miami, y José Pekerman, exseleccionador de Argentina, Colombia y Venezuela, los dos principales candidatos, le dijeron 'no' a La Bombonera.

El aficionado guardaba como imagen de Almirón no sólo la final perdida de la Libertadores en 2017 cuando dirigía a Lanús -Gremio fue el campeón- o los tres títulos de torneos domésticos que consiguió con ese club un año antes.

Los últimos resultados de Boca Juniors.
Los últimos resultados de Boca Juniors.Flashscore

Lo que más le preocupaba era que tras su partida del Granate, Almirón encadenó desde 2018 destituciones o renuncias en el colombiano Atlético Nacional, San Lorenzo de Argentina, Al-Shabab de Arabia Saudita, Lanús y dos veces en el Elche.

En resumen, sus acciones cotizaban a la baja para llegar a La Bombonera, pero aun así su nombre fue impulsado por el vicepresidente del club, Juan Román Riquelme, máximo ídolo del club, cuando comenzaban a escasear las alternativas.

La Séptima: ¿la bendición?

La derrota más dolorosa en la historia de Boca Juniors sucedió en 2018 y en su competición favorita, la Copa Libertadores. Pero nada más humillante para el Xeneize que River Plate, su archienemigo de toda la vida, haya sido el causante de tamaño desconsuelo en la final disputada en el Santiago Bernabéu.

Desde entonces, Boca perseguía infructuosamente una nueva final, hasta cuando apareció la actual edición, en la que Almirón debutó con victoria (2-1) frente al colombiano Deportivo Pereira, en la segunda jornada del Grupo F.

Boca terminó líder de su grupo con balance de 4-1-1 y apenas dos goles recibidos. Luego, en las fases de eliminación directa, despidió a Nacional de Uruguay, Racing Club y Palmeiras.

Seis empates consecutivos, tres goles recibidos en la sumatoria de esos partidos y siempre consiguiendo avanzar al imponerse en la tanda de penaltis.

¿Cómo jugó? Con ese espíritu guerrero de Boca que se hace palpable cuando llegan las instancias definitivas. Una mezcla de sufrimiento, orden y más orden, y nuevamente más sufrimiento. Nada de fútbol vistoso, pero efectivo para el propósito.

Así es como disputarán la final del sábado ante el Flu en Río de Janeiro, adonde aspira a conquistar la anhelada séptima Copa para igualar con Independiente de Avellaneda como el más ganador del principal torneo de clubes de la Conmebol.

En síntesis, la continuidad de Almirón la decidirá el resultado en el Maracaná.