Necesitará mejores noches el submarino amarillo si quiere conseguir algo importante en competición continental. Y en LaLiga, por supuesto. Porque lo visto ante los israelíes en esta del miércoles, quinta jornada del segundo torneo europeo, dejó mucho que desear, tanto en ataque como en defensa.
Nada hacía pensar en una aciaga noche de cara a la portería rival. El Villarreal salió muy cómodo, con la posesión, tocando bien y con criterio, y sin pasar apuros teniendo en cuenta que David y Khalailli, los velocistas macabeos, estaban vigilados.
La primera ocasión la tuvieron los anfitriones en un testarazo de Santi Comesaña tras un saque de esquina. Después, Brereton marcaría, pero su asistente, Álex Baena, que acabaría luego con problemas físicos, inició la acción en fuera de juego. No hay forma de que Big Ben haga sonar las campanas del gol.
A partir de ahí, en el ecuador del primer tiempo, todo cambió. Bajó en intensidad, en presión y subió en errores que hicieron al Maccabi creer en sus posibilidades y ver a Pepe Reina más cerca de lo que pensaban.
Errores en la salida
Es el Villarreal un equipo bien dotado para salir desde atrás, pero si el primero que lo tiene que hacer falla, el resto se contagia. Y así pasó con el veterano Reina en algunas acciones. La única solución era recuperar la calma con posesiones largas para intentar llegar con peligro a los dominios de Keouf.
Pero los que generaban más eran los israelíes, especialmente con centros laterales. En uno de ellos, de manera incomprensible, Pierrot no acertó a rematar de cabeza un pase monumental de Kandil. Y poco después fue David quien aprovechó una mala cesión de Ilias para sacar un zurdazo que lamió el palo.
Los de Marcelino, que ya tenían en el campo a Morales y su racha de siete goles en 11 encuentros, sólo se sacudieron esa presión en la recta final. Fue Coquelin quien más cerca estuvo de marcar, pero la coronilla de un defensor evitó el tanto.
Al final, reparto de puntos y el Villarreal que se jugará el liderato del grupo F en la última jornada contra el Rennes el jueves 14. Sólo le vale ganar para quedar primero y clasificarse directamente a octavos sin necesidad de medirse en octavos a un equipo de la Champions.
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