Centro de datos del Alavés-Sevilla
Aquello de que el árbol no te tape el bosque bien podría aplicárselo el Sevilla. Si creían García Pimienta y sus jugadores que por ganar en la última jornada ya todo iría sobre ruedas y a mejor, cuán equivocados que estaban. Porque el equipo está cogido con alfileres, insistiendo en sacar el balón desde atrás sin tener futbolistas para ello. Pero lo peor es que defensivamente son un flan.
De eso sacó provecho el Alavés, experto en presionar, en poner un alto ritmo en los comienzos de partido y que, en Mendizorroza, aún multiplica más sus habilitades. Por la derecha tienen un filón en Carlos Vicente. El maño es todo velocidad, regate y oportunismo. Un espectáculo de tres en uno que llegó antes que nadie para rematar de primeras el centro de Tenaglia y cantar gol tras un error de Nyland. Como lo de Gazzaniga en París, pero con un poco de menos cantada.
Los hispalenses, que ya habían perdido a Isaac por caerle encima de su tobillo su excompañero Jordán, no encajaron el segundo antes del descanso de milagro. Primero, porque Toni Martínez, dejando muy mal a un endeble Kike Salas, falló el remate con todo a favor. Después, porque Stoichkov, que sí marcó, vio anulada su diana por fuera de juego de Carlos Vicente en el inicio de la acción.
Pimienta, en su banquillo, se desesperaba. Saúl, capitán, era irreverente en el campo. A Lukébakio apenas le buscaron y eso que era el único con criterio. Lo de Iheanacho y su constante forma de aislarse del juego y caer en fuera de juego... ni Morata en sus peores tiempos. Así que lo mejor que le pudo pasar a los andaluces es que llegara el descanso porque los de Luis García estaban siendo infinitinamente superiores.
El gafe del Sevilla
No era muy complicado mejorar su nivel y el Sevilla mostró otra cara en su regreso al césped, buscando con ahínco el gol. Rozó el empate en un remate de Saúl a corta distancia al que respondió de maravilla Sivera. El meta babazorro no sólo evitó el tanto sino que sacó en largo de inmediato. Allí apareció Carlos Vicente, otra vez él, para superar por enésima vez a Pedrosa y centrar a Stoichkov, quien cabeceó al larguero. La pelota rebotó en Carlos Martín, que pasaba con toda la intención por allí, y se coló para convertirse en el 2-0.
Fue un duro golpe para los andaluces. Pero cuando todo parecía encarrilado, ya en los 10 últimos minutos de encuentro, apareció Lukébakio para demostrarle a sus compañeros cómo hacer daño al rival y anotar el tanto que les dio esperanzas. Aún quedaba tiempo para rascar algo de Mendizorroza. Pero el Glorioso no lo iba a permitir y el silbido final dio la victoria al Alavés, que duerme con merecimiento en zona europea.
Jugador Flashscore del partido: Carlos Vicente (Alavés).