Luka Modric no ha vuelto a ser el titular indiscutible que fue en su época de Balón de Oro, pero ha regresado con fuerza a la alineación titular de Carlo Ancelotti. Mientras se rumoreaba con la salida del croata del Real Madrid y se esperaba que su número 10 acabara a la espalda de Kylian Mbappé, en Chamartín vuelve a ser una pieza importante en la maquinaria madridista.
Con cuatro apariciones como suplente y, lo que es más importante, cuatro como titular, tres de ellas en los ocho primeros partidos de Liga en septiembre, Modric ha ganado más tiempo de juego aprovechando que Toni Kroos ha guardado las botas. El año pasado por estas fechas, el croata sólo había sido titular dos veces en Liga, la segunda en el derbi contra el Atlético, cuando salió en el descanso antes de pasar dos partidos en el banquillo.
Eficaz en el pase, con dificultades en los duelos
La lesión de Eduardo Camavinga antes de la Supercopa de Europa, y la posterior de Dani Ceballos, privó a Ancelotti de una solución evidente para acompañar a Fede Valverde, que se lanza al último tercio para aportar su potencia, calidad de disparo y capacidad para encontrar la inspiración adecuada (como vimos con su luminoso taconazo a Mbappé contra el Betis).
Lógicamente, Modric suplió esta ausencia, aunque suele ser llamado a controlar el final de los partidos, del mismo modo que Xavi pudo hacerlo al final de su carrera con Luis Enrique en el Barcelona. La ausencia de Brahim Díaz también ha acortado la profundidad del banquillo, y aunque el croata no aporta la misma velocidad que el nuevo internacional marroquí, su comprensión del juego es suficiente para aportar energías renovadas a un equipo en busca de rumbo.
En este sentido, su partido contra el Atlético del pasado domingo fue modélico: 100% de pases acertados (58/58) y tres pases clave en 86 minutos. En sus cuatro partidos como titular, ¡ha dado 16 pases clave y su ratio de pases conectados nunca ha bajado del 87%!
Por otro lado, tuvo claras dificultades en situaciones defensivas, donde a menudo llegó tarde y recibió amonestaciones, y fue inexistente en los duelos. En sus cuatro partidos como titular, Modric ha ganado seis duelos de 22. Para un jugador de su calibre, esto significa también un elevado número de balones perdidos: 10,25 de media por titular. Y también explica el número de tarjetas que ha acumulado en lo que va de temporada, tanto en Liga como en Liga de Campeones.
¿No hay elección?
¿Refleja el uso de Modric una falta de opciones para el Real Madrid? Ciertamente, el cuarteto atacante formado por Bellingham-Vinicius-Mbappé-Rodrygo es tentador, aunque todavía no hayan encontrado la coordinación suficiente para jugar juntos. Sin embargo, Ancelotti necesita varios hombres sobre el terreno de juego que le ayuden a dar fluidez al juego, marcar el ritmo y equilibrar a su equipo, siendo esto último lo más difícil de conseguir.
Con Modric, uno puede estar seguro de que este trabajo se hará. Por otro lado, nadie sabe si el croata, que cumplió 39 años en septiembre, será capaz de mantener el ritmo a largo plazo, dado que ya jugó el 25% de todos los minutos disputados en la Liga la temporada pasada.