Las Palmas se va a última hora de Carnaval ante un conformista Valencia (2-0)
Había ganas de fiesta en Las Palmas. No es para menos en estas fechas de carnaval. Así lo esperaban los aficionados pío pío que acudieron al Gran Canaria para animar a los suyos ante el Valencia y, de paso, verles ganar. Espectáculo hubo poco, pero al menos se fueron felices con los dos goles sobre la bocina que les hacen soñar, por qué no, con Europa. De momento, ya han superado a los del murciélago en la clasificación.
Pero para llegar a esa victoria hubo que sortear muchos bostezos. El juego de posesión, innegociable para García Pimienta, necesita de un alterador, de alguien con talento capaz de desbordar y gambetear con la pelota, de romper líneas. Si no, cae en un juego plano, más soso que un arroz hervido sin condimento. Ni Sandro ni Munir fueron esos jugadores. Si a eso le añades un rival, el de Baraja, que no arriesga nada y que se planta a defender en su área a ver si caza alguna contra, el aburrimiento estaba servido.
Por eso la primera mitad acabó en combate nulo. Un solo disparo a portería, de Javi Muñoz que detuvo sin problemas Mamardashvili, y un remate desviado de cabeza de Mosquera tras el saque de una falta de Pepelu, fueron las acciones más ¿peligrosas? de ese asalto inicial. Apenas las carreras en solitario de Fran Pérez por los che ofrecieron algo distinto. Normal que la filosofía del cerocerismo terminara imponiéndose.
El terraplanismo del fútbol
Lejos de cambiar el guion, ambos equipos instieron en su idea, convencidos de que, tarde o temprano, les daría resultados. Pero eso era como pensar que la Tierra es plana. Los canarios no cesaron en su empeño, pero les fallaba siempre el último pase. Y tampoco andaban finos en los remates, especialmente Sandro.
Una precisión, o la falta de ella, que casi le cuesta el partido. Porque los valencianistas, cuando vieron flaquear las fuerzas de su rival, adelantaron por fin líneas, se atrevieron a superar el medio campo y rozaron el gol en un centro del recién incorporado Jesús Vázquez que se envenenó al rebotar en Mika Mármol y que sacó a contrapié el bueno de Valles.
El mojo picón del gol
Y cuando todo parecía encaminado hacia unas tablas sin goles, apareció en el minuto 88 Álex Suárez para rematar picado un espectacular centro de Marc Cardona y superar a Mamardashvili. Y cuando aún se disfrutaba en las gradas de esa diana, apareció de nuevo Marc Cardona, esta vez en boca de gol, para convertir en el 2-0 un centro del otro Cardona, Sergi.
Explosión de júbilo en el Gran Canaria para disfrutar de un triunfo que estuvo muy en duda hasta el final.
Jugador Flashscore del partido: Marc Cardona (Las Palmas).