El Gobierno español pedía mano dura y será la Secretaría de Estado para el Deporte la que reciba la propuesta de Antiviolencia para dar escarmiento a los que se esconden como aficionados de fútbol para llevar a cabo agresiones de todo tipo.
Y no sólo eso. Se quiere acabar con la apología al nacismo, con los insultos raciales y con todo tipo de violencia en los estadios. Y, por supuesto, castigar a quienes de manera directa o indirecta lo permiten.
En este caso en concreto tras los mecherazos a Courtois, el Atlético de Madrid ya se ha visto obligado a cerrar parcialmente la gradería donde se ubican algunos radicales. Cuatro de ellos ya han sido identificados por el club y la policía y han sido expulsados como socios. Y aún siguen trabajando en encontrar a más violentos.
Aun así, no parece que se vaya a librar la entidad colchonera de una sanción que pretende ser ejemplar y marcar un antes y un después en el comportamiento de todos los espectadores sin excepción.