Después de la decepcionante presentación ante la afición en la visita del Rayo Vallecano a Donosti (1-2), la Real Sociedad visitaba al Espanyol en busca de tres puntos y de una inyección de moral que hiciera olvidar, al menos por unas horas, las salidas de piezas clave como Robin Le Normand o Mikel Merino. Enfrente, un recién ascendido con ganas de volver a celebrar una victoria en la élite del fútbol nacional tras su breve estancia en LaLiga Hypermotion.
Los pericos, impulsados por su afición, salieron con el ímpetu propio de un local que viene de sucumbir en el campo de un rival directo como es el Real Valladolid, también de vuelta a LaLiga EA Sports. Incluso reclamaron un posible penalti a escasos segundos del arranque, si bien Mario Melero López, un árbitro al que le suele faltar capacidad de decisión en ciertas jugadas, indicó sin muchas ganas y con algo de suspense que no había nada punible.
Algo de show
La sesión de baile corrió a cuenta de Sergio Gómez, que jugó al Twister con el recién llegado Irvin Cardona, al cual le dio la bienvenida mediante una serie de regates infinitos. Una vez dejado atrás su rival, el flamante oro olímpico buscó el disparo sin mucha puntería y luego volvió a intentarlo a través de un libre directo. Apenas un par de acciones jugosas le erigieron como la gran amenaza de los donostiarras... aunque el nivel estaba bajo.
Poco a poco, el equipo dirigido por Imanol Alguacil empezó a abrazar la posesión del juego, un dominio infértil y hasta inútil dado que no se tradujo en ocasiones. De hecho, los anfitriones daban una mayor sensación de peligro cuando tenían el balón en territorio rival. Entretanto, Jofre Carreras y Sheraldo Becker tenían sus más y sus menos en banda durante una primera mitad que no pasará a la historia del fútbol.
El 'kubismo' manda
El citado Gómez, quien se percató de que había cierto nerviosismo en la zaga rival, volvió a colocar su sello recién superado el descanso gracias a una incursión por el costado derecho que terminó en remate defectuoso de Brais. Poco después, un agarrón de Beñat Turrientes hizo que se inaugurara el apartado de amonestaciones, aunque la igualdad entre ambos volvió por las protestas reiteradas de Alejo Véliz.
Las tornas cambiaron a partir de un inexplicable fallo de Jon Pacheco, lo que dio pie a una transición idílica en la cual Véliz fue incapaz de rematar con un mínimo de garantías. El pase de Javi Puado no fue el mejor de todos, pero igualmente parecía suficiente por la situación tan franca en la que se ubicaba -el argentino, cedido por el Tottenham, ni siquiera golpeó el esférico-. Este tipo de ataques ganaron protagonismo durante el segundo acto.
El cuadro catalán se encomendaba a los arreones de Alex Král, pero la Real también contaba con armas de sobra, algunas con fuerzas renovadas por salir desde el banquillo (Sadiq Umar o Takefusa Kubo). El propio nigeriano se quedó a unos centímetros del gol, que finalmente llegó en el minuto 80 a través de una brillante jugada del japonés, con caño incluido a Brian Oliván, para acabar con una sequía de más de seis meses. ¿El motivo de su reivindicativa celebración? Sólo él lo sabe.
Jugador Flashscore del partido: Take Kubo.