De un Osasuna-Athletic, un casi derbi y con tantas cuentas pendientes -la última, las semis de Copa-, se espera siempre lucha, intensidad, vigor y energía. Nunca dar un balón por perdido, siempre ir a por los divididos con ímpetu. Lo que antaño se conocía el juego norteño. Pero tanto navarros como vascos no son sólo eso. Tienen jugadores capaces de jugar al toque, asociarse, buscar los espacios y divertir al espectador.
Pues de todo un poco hubo en El Sadar. No hubo goles en la primera mitad, pero sí ocasiones. Las tuvo el Athletic en las botas de Iñaki Williams, pero por dos veces Aitor Fernández se interpuso entre él y el gol. En la primera, que terminó sacando bajo palos Rubén Peña, pidió penalti por manos de éste. El VAR no dijo nada. En la segunda, se hizo enorme el portero cuando el león le encaró.
Budimir, el desatascador
Osasuna, que necesitaba la victoria para arrebatarle la séptima plaza al Athletic, dominaba con claridad, buscaba las cosquillas por la banda de Abde y Manu Sánchez, pero De Marcos estaba imperial. Necesitaba algo más el cuadro de Arrasate. Y lo encontró en los vestuarios. Cuatro minutos después de reanudarse el choque, Budimir remató un gran centro de Moncayola que se terminó metiendo en su portería Agirrezabala.
Con la fuerza que te da verte por delante y con el regalo de Europa como premio, los rojillos no cejaron en su empeño de ir a por el segundo. Casi les cuesta un disgusto con un disparo de Zarraga, pero de nuevo Aitor se ganó el sueldo.
Y la ambición les salió de lujo a los de Arrasate. Abde estrelló un golpe franco en el palo, Moncayola se hizo con el rechace y buscó en el área a Aimar, que aguantó hasta encontrar a Lucas Torró, quien ejecutó a contrapié al meta rojiblanco.
La séptima posición ya es una realidad y Osasuna depende de sí mismo para jugar en la Conference League la próxima temporada ante un impotente Athletic.
Jugador Flashcore del partido: Lucas Torró (Osasuna).