El Deportivo Alavés es el último de los tres equipos que ha subido a Primera. Va a tener menos tiempo que el resto (Granada, Las Palmas y todos los que continúan) para planificar una temporada que, seguro, será compleja para el conjunto vasco. El Girona, una de las grandes sorpresas del curso 2022/23, es un buen espejo de cara a la confección de la plantilla.
Sergio Fernández es el principal responsable de la parcela deportiva. Estuvo señalado por el descenso que se produjo hace un año, pero también fue uno de los valedores en las exitosas campañas previas, con el Glorioso asentado en la élite del fútbol español -hasta seis consecutivas-. Y ahora, después del maltrago vivido con Javier Calleja y sus sucesores, ha conseguido darle la estabilidad necesaria con Luis García al mando, cuyo futuro ha cambiado gracias a ese postrero tanto de Asier Villalibre.
Cabe recordar que el Alavés ha sido un club de gatillo muy fácil en lo que a entrenadores se refiere. Desde la campaña 2018/19 no mantenía a un técnico desde el principio hasta el final (Pitu Abelardo). Y fueron tres los intentos para evitar perder la categoría en 2022: desde la apuesta inicial -Javier Calleja- hasta José Luis Mendilibar y, más tarde, Julio Velázquez.
El recién renovado Fernández seguirá al frente hasta, en principio, el 30 de junio de 2026. Aunque el anuncio ha llegado este miércoles, después de lograr el objetivo, la entidad explica que el acuerdo se alcanzó "en fechas pasadas". El reto es mayúsculo: intentar repetir algo que es histórico y que nunca antes había sucedido en la historia del cuadro vitoriano, es decir, superar el lustro en LaLiga Santander.