Los ultras del Olympique de Marsella a Pablo Longoria: “O dimitís o esto será la guerra”
Reunión con los radicales: "Pude hablar durante unos minutos. Después de eso me cortaron y todo se salió de control rápidamente. Nos dijeron: 'Ustedes cuatro dimitan, de lo contrario esto será la guerra'. Se sobrepasaron los límites". (Los cuatro aludidos son el propio Longoria, el director de fútbol Javier Ribalta, el director general Pedro Iriondo y el director financiero Stéphane Tessier).
Situación límite: "El lunes me dije que todo estaba llegando más lejos de lo que pensaba y el martes pensamos que no podía ser así. No puedo oír 'en Marsella es así'. No es normal para un entrenador de fútbol ser amenazado. Criticado sí, para eso nos pagan, pero amenazados...".
Shock: "En 2023, un directivo de cualquier club no puede sufrir estas amenazas. No las acepto. No tuve miedo, pero sí estuve en shock, considero que esto no es normal".
Acusaciones de lucro: “La temporada pasada me acusaron de estar utilizando el club para un beneficio personal. Tuve que pedir una auditoría al grupo McCourt, propietario del club, para defenderme. Puse a su disposición todas mis cuentas bancarias, mis teléfonos, mis correos electrónicos, todo... ¡El resultado fue que estábamos limpios! Lo di todo, hasta conversaciones privadas con mi madre".
Presión brutal: "'Si haces eso, te calumniaremos, te abriremos un expediente', te dicen. Por eso, también decidí abrir una auditoría porque quería darle confianza a mi dueño, demostrarle que no había nada. Entendí que había cruzado el límite".
Continuidad: “Sigo siendo el presidente y no he presentado mi dimisión al dueño. Represento a una institución. Tengo un mandato otorgado por el propietario y el consejo de supervisión. Debo asumir mis responsabilidades”.