Xavi Simons (20) es una de las grandes sensaciones del fútbol europeo. Su adiós al Barcelona fue sonado allá por 2019, pero entonces era sólo un adolescente que prometía. Cuatro años más tarde, la realidad es otra muy distinta: ahora es un jugador de presente, porque está brillando con luz propia desde hace tiempo, y de futuro, en buena parte por su corta edad. Así, son muchos los motivos para predecir que estará en la escena principal durante la próxima década.
El neerlandés, que ha vestido hasta en once ocasiones la camiseta del París Saint-Germain, club que posee sus derechos, llegó a abandonar la entidad francesa en el verano de 2022. Abandonó la Ciudad Condal a coste cero y esa misma fórmula siguió para despedirse del cuadro galo, pero la dirección deportiva reaccionó a tiempo con un drástico cambio de rumbo tras su brillante campaña en el PSV Eindhoven (22 tantos y nueve asistencias). Volvieron a hacerse con sus servicios vía traspaso.
Tenía claro que su objetivo era acumular minutos esta temporada y, después de intensas conversaciones, las partes acordaron que el RB Leipzig podía ser un gran destino para él. Y no se equivocaron: goza de un papel muy importante para su entrenador, Marco Rose, y está manteniendo esos fantásticos registros de cara a la portería rival, con una mejoría más que considerable en el último pase. Y, por supuesto, aún tiene bastantes meses por delante para seguir luciéndose.
Se puede decir sin tapujos que el PSG no ha disfrutado de la mejor versión de Simons, algo que se espera que ocurra a partir del próximo curso. Sea cual sea la plantilla, lo único seguro es que la competencia será feroz en el vigente campeón de la Ligue 1, pero también lo es que llegará con más respaldo que en 2019. Aunque tampoco hay que descartar una nueva salida a modo de cesión, lo más probable es que dé el salto definitivo para entrenar a las órdenes de Luis Enrique.
Calidad y desborde
El jugador nacido en Ámsterdam se caracteriza por ser eléctrico y vertical. Si algo tiene claro es que, más allá de los detalles que suele dejar durante un partido, debe mirar hacia el arco contrario, y sus registros bien demuestran que no rehúye en dicha tarea. También cuenta con una gran visión de juego, lo que le permite actuar tanto en banda (preferentemente la derecha, donde se siente más cómodo) como en la posición de mediapunta.
El ex del Barça no va a estar nunca entre los más corpulentos, por lo que tiene las de perder en los duelos, sobre todo los aéreos. Un tren inferior muy potente, como puede ser el caso de Leo Messi, le dará un plus a la hora de hacerse fuerte en los contactos. Si hay algo claro es que el número de virtudes supera, y con creces, al de defectos. El futuro, que bien depende de un buen puñado de variables, es suyo.
Un halaguëño recorrido internacional
Fruto de su buen papel en dos equipos de gran prestigio nacional y cierto reconocimiento a nivel global, Xavi ya acumula varias participaciones con la selección absoluta de Países Bajos y otras tantas en categorías inferiores. Es más, estuvo presente en el Mundial de Catar, aunque apenas disputó ocho minutos en la victoria por frente a Estados Unidos, un duelo correspondiente a los octavos. Ni en la fase de grupos ni ante Argentina, ya en cuartos, recibió la confianza de Louis van Gaal.
El combinado que ahora dirige Ronald Koeman debe certificar su presencia en la Eurocopa. De ser así, lo más probable es que participe más que en el campeonato celebrado en Oriente Medio. El de 2024, de hecho, se presenta como una gran oportunidad para ganarse el cariño de una afición que ya lo conoce de sobra por su sobresaliente actuación en la Eredivisie. El gol se le resiste con la Oranje, si bien parece cuestión de tiempo que llegue ese esperadísimo momento.