España baila y se divierte ante una débil Panamá en su primer test mundialista (7-0)
Dentro de 22 días la selección femenina debutará en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Será el 21 de julio contra Costa Rica. La preparación ya está en marcha y la primera prueba, antes de la criba definitiva que dejará la lista final en 23, enfrentó a las jugadoras del centenario Vilda (cumplió 100 partidos como seleccionador femenino) a Panamá. Fue una exhibición ante un rival demasiado vulnerable.
Los primeros síntomas, en cualquier caso, son muy positivos. El primer gol tardó sólo seis minutos en llegar. Un corner botado por Irene Guerrero fue rematado de cabeza, de forma espectacular, por Esther González, la 9 de la selección, que perdió protagonismo en el Real Madrid en la última parte de la temporada y se marchará a jugar a Estados Unidos.
Alexia Putellas, la doble Balón de Oro, que debutó como internacional hace justo diez años, volvió a la selección después de su lesión de larga duración, y lo hizo con gol. Una pared impresionante con Irene Guerrero, la jugadora del Atleti, acabó con una definición exquisita de la líder del Barça y de la selección, picando el balón sobre la portera panameña. Su participación será clave para que el combinado nacional llegue lejos.
España dominaba totalmente el partido. Controlaba la posesión y generaba ocasiones de peligro de forma permanente. El público de Avilés se lo pasaba en grande. El tercero llegó en propia meta tras una jugada por la izquierda de Olga Carmona. Espinosa, al intentar despejar el centro de la lateral sevillana, hizo lo que menos deseaba.
Irene Guerrero, la capitana, logró el cuarto, de penalti cometido sobre su compañera en el Atleti Eva Navarro. La fiesta era continua. La manita la firmó la propia Navarro tras un enorme fallo de la portera panameña y la media docena Esther, poco después, tras asistencia de Marta Cardona, antes del descanso.
Tras el empacho de la primera parte, y tal vez mostrando misericordia con las panameñas, las españolas salieron a pasear y a cumplir el trámite. Athenea, que salió en la segunda parte, quería su gol y lo consiguió. Todas querían bailar en la pista de baile.
Alba Redondo, la delantera del Levante, una adicta al gol, también quería añadir su nombre al resto de goleadoras. Logró el octavo, pero fue anulado por fuera de juego. Ahí se quedó el recital.
El banquete fue de órdago. Las panameñas pueden dar las gracias a España por levantar el pie del acelerador en la segunda parte. Como fiesta estuvo bien, como prueba no llegó ni a entrenamiento. La selección tiene buena pinta pero, a partir de ahora, se agradecerán partidos de más exigencia. En el Mundial no lo tendremos tan fácil.