Arteta, casi cuatro años al frente de un proceso lento pero bien trabajado en el Arsenal
El Arsenal sonríe. El paso del tiempo, junto con el trabajo del cuerpo técnico de Mikel Arteta han transformado a los gunners en uno de los equipos más en forma de Europa. En la presente campaña, para no ir muy lejos, la escuadra suma 36 puntos, producto de 11 victorias, 3 empates y 2 derrotas. La estadística le ha permitido posicionarse como segundo en la Premier League, a uno del Liverpool (37).
Más allá de los resultados, el proceso de Mikel Arteta al frente del Arsenal se ha caracterizado por la implementación de un estilo de fútbol moderno, similar al que utiliza el Manchester City de Pep Guardiola. En defensa, los gunners se dedican a presionar alto al rival, forzando, de esa manera, la pérdida de la pelota. En ataque, exponen diferentes virtudes: pueden generar a base de tiki taka o, gracias a la presión alta, roban, pasan a dos toques y ocasionan contragolpes letales, aprovechando la velocidad de Martinelli, Saka y Gabriel Jesús, sus atacantes.
Primer título y primera decepción
Mikel Arteta llegó al Arsenal en la campaña 2019-2020, cuando la directiva de los londinenses despidió a Unai Emery, actual entrenador del Aston Villa. Su primer curso al frente del banquillo gunner fue decepcionante: quedó en la octava posición, confirmando una estadística negativa de 9 victorias, 6 empates y 5 derrotas. Su única alegría fue la FA Cup, en donde los gunners derrotaron por 2-1 al Chelsea.
Sin Champions ni Europa League, se habló sobre su posible destitución. La directiva, sin embargo, mantuvo su esquema: Arteta siguió al frente del proceso y comenzó la campaña con un título: la Community Shield, obtenida tras vencer al Liverpool de Klopp vía penaltis. En la Premier, lamentablemente, volvió a quedar en la octava posición, con unas cifras que reflejaron 18 victorias, 7 empates y 13 derrotas.
Conflicto interno
Por ese entonces, se fraguó un pequeño conflicto entre Arteta y Aubameyang. El gabonés fue acusado de actos de indisciplina. A pesar de ser uno de los referentes ofensivos del equipo, abandonó la plantilla por la puerta de atrás y recaló en el Barça, club en el que mostró un buen rendimiento pero sin alcanzar a ser regular, uno de sus grandes defectos a lo largo de su carrera.
Arteta fue criticado por la salida del ariete, pues en algunos momentos su equipo no fue tan claro en ataque.
Mejoría y Europa
En su tercer año al frente del Arsenal, la estadística al fin mejoró: el equipo quedó quinto. Clasificó para la Europa League. Empezó a exponer un juego atractivo, ofensivo y moderno y poco a poco se fue transformando en un hueso duro de roer para el “big six” de la Premier League.
Arteta, además, remodeló la plantilla gunner: cuando empezó su proceso, la nómina estaba envejecida. Ahora, jóvenes como Saka, Martinelli, Odegaard Ramsdale y compañía lideran a un equipo que en la 2022-2023 se quedó muy cerca de ganar la Premier League.
Sobre el final del curso, el City emprendió un paso demoledor y consiguió triplete (Premier, FA Cup y Champions). Los gunners culminaron la campaña con un amargo sabor de boca y en el verano se reforzaron con jugadores como Rice, Timber y Havertz, quienes le han brindado variantes al cuerpo técnico.
El único título gunner para ese año fue, de nuevo, la Community Shield. Una competición que se le da bastante bien a Arteta.
El Arsenal, en la actualidad, es uno de los dos equipos clasificados para los octavos de la UEFA Champions League. En materia de títulos, Arteta se queda corto: ha tenido opciones para dar más. En juego y en proceso, sin duda, el resultado es positivo: el Arsenal pasó de ser un club que ni se acercaba a Europa a meterse de nuevo en la Liga de Campeones y a volver a dar la pelea por la Premier League.