Tom Lockyer, de 29 años, sufrió una parada cardiaca el 16 de diciembre, cuando su equipo se enfrentaba al Bournemouth en la Premier League.

Recibió el alta hospitalaria tras serle implantado un desfibrilador cardioversor, un pequeño dispositivo utilizado para tratar a personas con ritmos cardíacos peligrosamente anormales.

El defensa fue operado previamente para corregir una fibrilación auricular tras sufrir un colapso durante la victoria de su equipo contra el Coventry en mayo, algo que, según el la entidad, no tenía nada que ver.

"Haré todo lo que pueda para ayudar al entrenador y al club", dijo Lockyer este domingo a través de las redes sociales.

"Queda por decidir en qué capacidad, ya que debo reunirme con especialistas en el nuevo año", agregó.

Además, explicó que el "espíritu de lucha" mostrado por los Hatters, que han conseguido importantes victorias contra Newcastle y Sheffield United, le había dado un "estímulo muy necesario" durante su recuperación.

"Abrumado por el apoyo"

Tom envió un afectuoso mensaje a las personas que le atendieron: "Estoy muy bien. Esto se debe a la heroica actuación de los jugadores, el personal, los médicos y los paramédicos".

"Me siento agradecido de que me haya pasado esto rodeado de estos héroes. Nunca olvidaré lo que hicieron por mí", añadió el zaguero nacido en Cardiff.

En otro orden de cosas, recordó un tema cada vez más recurrente: "No puedo insistir lo suficiente en lo importante que es que el mayor número posible de personas conozca la RCP (reanimación cardiopulmonar). Literalmente salva vidas, como la mía".

También dijo que había recibido un aluvión de buenos deseos de los aficionados al fútbol.

"Estoy abrumado por el apoyo y os agradezco a todos vuestros mensajes, cartas, regalos y buenos deseos", declaró.

"Ver las pancartas en el estadio y oír cantar mi nombre significó mucho para mí y para mi familia", concluyó.