Tras un tira y afloja continuo, la Juve se pone estricta y rompe totalmente con Federico Chiesa (26). Hasta ahora, el extremo toscano se había beneficiado de un buen trato por parte del club juventino que, pese a no entrar en los planes, le hacía entrenar con el grupo en la preparación dirigida por Thiago Motta (41).
Ahora todo cambia: Chiesa sale de la convocatoria y se mantendrá alejado de los entrenamientos del primer equipo, a partir de ahora, ya no tendrá un trato exclusivo.
Mientras tanto, Chiesa sigue haciendo valer su contrato, que expira en 2025, y sigue con la intención de liberarse a cero eligiendo cuidadosamente su próximo club.
El temor de la Juventus es que el extremo ya tenga un acuerdo para marcharse a otro sitio el año que viene, ya que su contrato expira con los bianconeri. Así, el club turinés no cobraría ni un euro, perdiendo un buen botín que Chiesa podría hacer con una venta inmediata en estas semanas.
Thiago Motta no lo ve como parte de su proyecto: cuestiones tácticas y de disponibilidad del jugador para un determinado tipo de trabajo defensivo. La cuestión contractual lo hace todo más pesado, con una situación cada vez más tensa entre las dos partes implicadas.