La paradoja de Italia gira en torno a la figura de Federico Chiesa. Según admite el propio Luciano Spalletti, el delantero del Liverpool es un"futbolista que sabe marcar la diferencia". Probablemente la única verdadera estrella a su disposición en ataque. Y es por eso que su ausencia en la convocatoria para la doble cita contra Bélgica e Israel ha suscitado algunas dudas.
Fue el mismo Spalletti quien explicó los motivos de su decisión en rueda de prensa: "Zaccagni (29) ha pedido quedarse fuera porque tiene un problema que arreglar. Chiesa no se encuentra bien, Zaniolo (25) acaba de empezar a jugar, a Politano (31) seguimos siguiéndole y lo sabemos todo, incluso lo que no se sabe. Decidimos hacerlo así, pero no tiramos nada por la borda".
No cabe duda de que, en las últimas semanas, Federico no ha jugado tantos minutos como a Arne Slot le habría gustado darle. Las dolencias físicas le siguen aquejando, aunque su aterrizaje en Anfield Road puede calificarse de positivo en líneas generales. El italiano necesita aclimatarse a un club y a una liga totalmente nuevos para él y es normal que necesite algo de tiempo para entender mejor lo que su nuevo entrenador quiere de él.
El odiado 3-5-2
La cuestión es que Spalletti también necesita desesperadamente hacer entender a Federico lo que quiere de él y decirle a la cara lo que tiene que hacer para merecer la titularidad en su nuevo 3-5-2, un módulo que definitivamente no es el preferido por el ex delantero de la Juventus que, en este mismo altar, ha discutido a menudo y de buena gana con Massimiliano Allegri.
"Para Chiesa y Zaccagni en este sistema, ¿puertas un poco menos abiertas? Un poco sí, un poco no - la lacónica respuesta del entrenador - . Zaccagni marcó ayer como segundo delantero. Chiesa en la Juventus de Allegri ha jugado a menudo en ese papel allí y yo lo veo en ese papel. Necesita entender ciertas cosas, pero en mi opinión puede hacerlo. Zaniolo con Gasperini juega como segundo delantero y está dentro del campo".
"Basta ver que disfrutan estando dentro, no tienen el miedo de sentir el aliento del defensa en la nuca. Porque cuando juegas fuera es diferente, tienes otra perspectiva y siempre te das cuenta de lo que viene. Estar por dentro a veces significa perder de vista al defensa y necesitas algunas características más. Los jugadores mencionados pueden hacerlo y hemos dejado en casa a varios hipotéticos convocados".
La competencia es grande
Contra Francia fue Lorenzo Pellegrini quien ocupó ese puesto, colocado por Spalletti por detrás de Mateo Retegui. Y también contra Bélgica será el capitán de la Roma quien actúe como enlace entre el delantero centro de la Atalanta y los tres centrocampistas: un 3-5-1-1 en lugar de un 3-5-2. Sin olvidar, además de la competencia ya mencionada, el reciente enamoramiento del seleccionador por el último fichaje:"Daniel (Maldini) es el jugador que nos falta: tiene esa estructura física y esa ligereza para girar sobre sí mismo que nos falta, es elegante, pero tiene muchas cosas además de eso. Es fuerte en campo abierto, es fuerte en situaciones difíciles, chuta bien desde fuera. Luego está claro que tiene que crecer en personalidad".
En resumen, no será fácil ni evidente que el jugador con más talento del fútbol italiano actual recupere la titularidad si, como es probable, Spalletti decide apostar por el 3-5-2 de aquí al final de la fase de clasificación para el Mundial. Desde luego, a Chiesa no le faltan cualidades para triunfar y, si lo hace, sería una buena noticia no sólo para él, sino para todos los aficionados de una selección que, mientras está en Liverpool lamiéndose las heridas, se está convirtiendo en una gran familia.
"He visto lo mismo que hace un mes y esto es un buen augurio para nuestro futuro, sobre todo como forma de estar juntos y ser amigos, ayudándonos a hacer cosas ", aseguró el seleccionador azzurro, "confío en lo que pueden hacer estos chicos, los he encontrado tan llenos de ganas y energía como en septiembre. Tengo la sensación de que estoy tratando con chicos que quieren demostrar de qué están hechos". Porque en realidad, Spalletti ya ha dicho lo que quiere de Chiesa: que se ponga a disposición de su familia.
