Rifda Irfanaluthfi, la primera gimnasta de Indonesia en los Juegos Olímpicos, quiere ser una referente

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La primera gimnasta indonesia en los Juegos Olímpicos quiere abrir camino

Una gimnasta con ganas de triunfar.
Una gimnasta con ganas de triunfar.BAY ISMOYO / AFP
En un país que sólo tiene ojos para el bádminton y el fútbol, Rifda Irfanaluthfi aspira a abrir camino y popularizar su deporte antes de que su país albergue los Campeonatos de Mundo en 2025.

A menos de dos meses de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, donde sea cual sea su clasificación hará historia, la deportista de 24 años prosigue su entrenamiento intensivo con las manos embadurnadas de magnesio mientras repite ejercicios en barras asimétricas.

"Tengo una sensación de impaciencia y de entusiasmo. Espero que al clasificarme para los JJ. OO. el mundo conozca mejor Indonesia", explica a la AFP desde un gimnasio de Yakarta. "Pero me preocupan también las lesiones y eso me impide dormir los últimos días", añade.

Su clasificación en el concurso general, sellada el pasado verano (boreal) en los Mundiales en Amberes (Bélgica) supone una gesta en tanto en cuanto Indonesia no dispone aún de un centro nacional de gimnasia y la sociedad indonesia, y por extensión el deporte al más alto nivel, siguen dominados por los hombres.

"Ser campeona"

El corazón deportivo del archipiélago bate sobre todo por el bádminton, único deporte que ha dado el oro olímpico al país (8 títulos, el primero en 1992 en Barcelona).

Aunque la primera medalla olímpica para Indonesia, de plata, se remonta a Seúl (1988) en tiro con arco femenino.

Pero para alcanzar la cumbre mundial el talento no basta para Irfanaluthfi, en un país con falta de estructuras y dificultades para descubrir jóvenes. Ella tuvo que hacer gala de mucha perseverancia para remontar los numerosos obstáculos.

Irfanaluthfi, en pleno ejercicio.
Irfanaluthfi, en pleno ejercicio.BAY ISMOYO / AFP

"Sigo entrenándome y demuestro que aun con instalaciones limitadas puedo convertirme en una deportista de éxito", subraya. "La gente todavía nos subestima", agrega la gimnasta.

A su familia le costó encontrar una escuela que reconociese y apoyase un deporte que aún es desconocido. Su oportunidad surgió cuando fue admitida en un colegio para deportistas de alto nivel en la capital.

Antes de lucirse en el salto de potro o la viga de equilibrio, la joven practicó la natación, la escalada, la gimnasia rítmica, y por fin, la gimnasia artística.

Inspirar a las mujeres

Talentosa y precoz, conquistó su primera medalla de gimnasia con ocho años durante una competición en Singapur, recuerda con emoción su madre Yulies Andriana, que recalca su "increíble deseo que ser campeona".

Rifda espera que sus éxitos olímpicos puedan inspirar a otras jóvenes indonesias a perseguir sus sueños y a rivalizar con las principales potencias de la gimnasia como Estados Unidos y países de la extinta Unión Soviética.

"Quizá los deportistas de mi edad que nunca se han clasificado para los Juegos Olímpicos soñarán más alto", espera.

Ella gozará pronto de una gran exposición pública en Indonesia, al haber logrado el país por vez primera la organización de los Campeonatos del Mundo en 2025, pero todavía le queda un largo camino por recorrer.

"La práctica de la gimnasia debe mejorar a nivel global", afirma a la AFP el presidente del Comité Olímpico Indonesio, Raja Sapta Oktohari. "Las oportunidades para las mujeres son ahora bastante grandes", indica también.

Mientras que las mujeres aportaron a Indonesia su primera medalla olímpica, la nueva joya espera unirse a ese panteón.

Pero para cumplir su sueño necesita recuperarse de una lesión de rodilla y confía en recuperarse a tiempo para la cita parisina y así entrar en los libros de historia de su país.