El cuatro veces ganador de Majors había visto cómo su ventaja de un golpe se evaporaba en un día en el que los vientos de 64 kilómetros por hora dificultaron la puntuación en el Renaissance Club.

Pero después de fallar desde dos metros para birdie en el hoyo 16, de par cinco, el norirlandés no cometió el mismo error desde más cerca en el hoyo 17, de par tres, para unirse al escocés Robert MacIntyre con 14 bajo par.

McIlroy jugó entonces un golpe de aproximación impresionante en el 18 antes de que un putt acertado de tres metros le arrebatara la victoria a MacIntyre.

"Estoy realmente orgulloso", dijo McIlroy, que regresará la próxima semana al escenario de su único triunfo en el Abierto Británico en Hoylake en 2014, el último de sus cuatro grandes títulos.

"Fue un día muy duro, especialmente los últimos nueve hoyos. Jugarlo con cuatro bajo par y ganar el torneo me hace sentir muy orgulloso de cómo me mantuve ahí, pegué algunos golpes increíbles en la recta final y fui capaz de rematarlo."

La victoria en el Open de Escocia, dotado con 8,1 millones de euros, dio a McIlroy su segundo título Rolex Series del año.

Una inyección de confianza

"Se siente increíble", añadió. "Han sido seis meses muy largos desde que gané en Dubai. Me he dado a mí mismo un montón de oportunidades y espero que esta victoria rompa el sello para mí, sobre todo de cara a la próxima semana".

Y añadió: "Es una gran inyección de confianza y me ayuda tener algo fresco en la memoria. Si la semana que viene me encuentro en una situación parecida, con opciones de ganar a falta de nueve hoyos, podré aprovechar lo que he hecho aquí".

"No he visto Hoylake desde 2014, así que saldré al campo el lunes e intentaré resolverlo y asegurarme de que estoy preparado".

MacIntyre tuvo un golpe de suerte cuando un drive salvaje en el 18 logró encontrar la pasarela de espectadores. Pero aprovechó al máximo su buena suerte con un soberbio golpe de aproximación que aterrizó a menos de un metro del hoyo.

El zurdo comenzó la ronda final cinco golpes por detrás de McIlroy, pero cumplió su promesa de disfrutar de un tiempo "absolutamente brutal", con birdies en los hoyos 3 y 6, seguidos de un eagle aún mejor en el 10, par cinco.

Su birdie en el 14 dio a MacIntyre el liderato absoluto por primera vez y dobló su ventaja en el siguiente.

McIlroy se mantuvo en liza con un birdie en el 11 y un par salvado en el 12, donde el número tres del mundo pensó que había fallado su putt sólo para que la bola alcanzara el borde del hoyo y cayera dentro.

Después de que MacIntyre hiciera bogey en el hoyo 16, par cinco, McIlroy embocó desde casi 12 metros en el 14 para compartir el liderato.

El extraordinario birdie de MacIntyre en el 18 completó un excelente 64 y le volvió a colocar en cabeza.

Pero el buen final de McIlroy en los dos últimos hoyos le privó de la que habría sido la mayor victoria de su carrera profesional.

"He crecido viendo los Scottish Open y mi sueño siempre ha sido ganar uno", dijo MacIntyre.

"Pensé que hoy podría haber sido el día, pero no pudo ser. Estoy muy decepcionado, pero me quito el sombrero ante Rory. Menudo final".