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Jorge Sampaoli, el heredero de Bielsa que regresa al Ramón Sánchez Pizjuan

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Jorge Sampaoli, el heredero de Bielsa que regresa al Ramón Sánchez Pizjuan
Jorge Sampaoli, el heredero de Bielsa que regresa al Ramón Sánchez PizjuanAFP
El entrenador toma el mando de un Sevilla que se acerca a la zona de descenso y que ha sido eliminado en Champions

Una de las bases del bielsismo era renovar el fútbol sudamericano. La táctica, la contención y la efectividad, elementos que marcan la pauta de la región, eran cuestiones, nada más, para Marcelo Bielsa, entrenador argentino que, entre otras cosas, impulsó y posicionó a Argentina y, en especial, a Chile, hacia otro nivel. 

Bielsa, reconocido por el buen juego que manejan sus equipos, tuvo un alumno ejemplar en aquel proceso que, tiempo después, tomaría las riendas de la selección chilena e iniciaría una época dorada para el país austral: Jorge Sampaoli, el nuevo entrenador del Sevilla. 

La historia de Jorge Sampaoli empieza con Marcelo Bielsa, con su obra, con su táctica, con ese ingenioso 3-5-3 que fue sinónimo de novedad y de progreso en Sudamerica. El sistema de Bielsa fue llevado por su alumno, Sampaoli, a lo largo y ancho de la región. Años más tarde, ese 3-5-3 llegó a Europa y se instaló como estandarte del Sevilla y, ahora, del Marsella. 

Sampaoli debutó con el Argentino de Rosario en la Primera B. Después, poco a poco, consolidó una imagen llamativa y, en el 2002, dio el salto al fútbol peruano. En el país inca, el argentino dirigió a Juan Aurich, al Sport Boys, al Coronel Bolognesi y al Sporting Cristal. 

Tras su proceso en Perú, en donde consignó un esquema de juego en cada equipo pero no obtuvo títulos, Sampaoli se mudó a Chile y comandó el proyecto del O'higgins por cuatro temporadas para luego aceptar una llamativa propuesta de Emelec, equipo ecuatoriano. 

En el país de la mitad del mundo, Sampaoli tampoco ganó títulos. Sin embargo, estableció un esquema llamativo que incluso se llevó el reconocimiento del IFFS, quien consideró a Emelec como el mejor club del mes de junio en el 2010.

La aventura de Sampaoli en Ecuador terminó pronto: duró tan sólo un año al frente del Emelec. Acto seguido, regresó al país austral y tomó las riendas de uno de los equipos más grandes de la región: La Universidad de Chile.

Allí, finalmente, conquistó tres títulos de la Primera División, una Copa nacional y una Copa Sudamericana. Sus éxitos no pasaron desapercibidos y, como la afición lo pedía, Sampaoli fue llamado para encabezar el banquillo de la selección chilena. 

En ese proceso, Sampaoli tocó el cielo con las manos: clasificó en dos oportunidades consecutivas al Mundial de fútbol (Sudáfrica 2010 y Brasil 2014) y, además, ganó la Copa América 2015 frente a Argentina en Santiago. 

En el 2016, un año después de su histórico título contra Argentina, fue el Sevilla el club que tocó a sus puertas. Sampaoli, que tenía un preacuerdo con el Granada, se decantó por el club hispalense. 

Con el Sevilla, clasificó a la UEFA Champions League y, por momentos, le complicó el camino al Real Madrid. Sin embargo, cuando el entrenador cumplió un año en su cargo, puso fin a su contrato con el club español y completó uno de los sueños que tenía: dirigir la selección argentina.

Sampaoli fue presentado como director técnico de la albiceleste en junio del 2017. El entrenador consiguió, in extremis, la clasificación de Argentina al Mundial de Rusia 2018, en donde el plantel quedó eliminado en los octavos de final tras caer ante Francia por 4-3. 

Desde ese entonces, Sampaoli pasó por dos clubes brasileños (Santos y Atlético Mineiro) para luego regresar a Europa. El Marsella apostó por su contratación y, hasta ahora, el proceso del argentino en Francia da buenos frutos: el club está en Champions y es segundo de la Ligue 1, a dos puntos de distancia del todopoderoso PSG. 

Sampaoli es, en resumen, el hombre que ha elegido la directiva del Sevilla para sustituir a Julen Lopetegui. El argentino conoce el club, tiene claro su estilo de juego y, además, espera completar una de las funciones básicas del bielsismo: renovar a un equipo golpeado y regresarlo a su máximo esplendor.