Fran Garrigós consigue la primera medalla para la delegación española en París
Han tenido que transcurrir 24 años, desde que Isabel Fernández lograra el oro en Sídney, para que un judoca español vuelva a colgarse al cuello una presea. Demasiado tiempo y demasiadas decepciones.
Dos enormes, de esos malos ratos, sufrió y padeció Garrigós, campeón del mundo en 2023, pero que había padecido dos eliminaciones a las primeras de cambio en sus anteriores apariciones olímpicas, Río de Janeiro y en Tokio. Le hizo plantearse si merecía la pena continuar. Y con ayuda, decidió que sí, que había que seguir luchando.
Ahora, por fin, obtiene su recompensa y, de paso, rompe esa maldición nacional en el judo más de dos décadas después.
Perdió su oportunidad de buscar el oro, que era su gran objetivo, pero no es mal consuelo el hacerse con el bronce. Y más haciéndolo contra el georgiano Guiorgui Sardalashvili, el actual campeón mundial, con un punto de oro.