Uno de los momentos más esperados de la Super Bowl LVII será el ‘Halftime Show’ o espectáculo del descanso. Dr. Dre, Eminem, Snoop Dogg y compañía dejaron muy alto el listón el año pasado durante el intermedio del Los Angeles Rams - Cincinnati Bengals del año pasado en el SoFi Stadium. Por muchos, fue considerado como el mejor show de la historia desde que se adquirió esta costumbre allá por 1967.
Cuando todos pensábamos que nadie podría superar la nostálgica puesta en escena de las figuras más clásicas del rap estadounidense, la NFL sorprendió a todos anunciando que Rihanna encabezaría el cartel en 2023. La artista de Barbados llevaba mucho tiempo alejada de las tarimas y la noticia de que regresaría a la acción en el State Farm Stadium volvió locos a sus fans, que ya esperan el 12 de febrero con ansia.
La cantante caribeña no ha parado de sacar música desde el día en que se anunció su presencia en la Super Bowl LVII. Sin duda, ha decidido que es el momento de volver a lanzar su carrera, de la que se bajó cuando era uno de los referentes indiscutibles en su género.
En 2019 se negó a ser la cara visible de este espectáculo como reprimenda por el ostracismo al que fue sometido Colin Kaepernick (34) tras arrodillarse durante el himno de los Estados Unidos. Pensó que en ese momento lo apropiado era defender la causa del quarterback, que protestaba por la brutalidad policial contra las personas de raza negra.
Ahora, el destino ha querido que el ‘Super Bowl LVII Halftime Show’ vaya a tener lugar en el primer enfrentamiento de la historia entre dos quarterbacks negros -Jalen Hurts (24) y Patrick Mahomes (27)- por el trofeo Vince Lombardi.