Las ciclistas afganas correrán en Suiza para poner su situación bajo los focos
Cuando Masomah Ali Zada regresó de los Juegos Olímpicos en el verano boreal de 2021, le habría gustado poder disfrutar de los inolvidables recuerdos que atesoró en Tokio. Allí se convirtió en la primera ciclista afgana en participar en unos Juegos Olímpicos en el seno del equipo de refugiados creado por el Comité Olímpico Internacional (COI).
Pero "los talibanes me arruinaron lo que viví en Tokio", afirmó la joven de 26 años en una entrevista con la AFP, instalada desde hace cinco años en Francia, donde obtuvo asilo.
En lugar de saborear su aventura olímpica, pasó el resto de aquel verano de 2021 siguiendo minuto a minuto y con el corazón en un puño la caída de Kabul y el regreso al poder de los talibanes.
Al igual que millones de afganos, su familia, que pertenece a la minoría chií de los hazara perseguida por los talibanes, se había exiliado en Irán cuando era una niña. Allí comenzó a montar en bici, antes de pasar a formar parte con 16 años de la selección nacional afgana en el regreso de la familia a Kabul.
- "La situación empeora cada día" -
Después de años sufriendo insultos e incluso el lanzamiento de piedras sobre su bicicleta, terminó pidiendo asilo en Francia. La presión para que abandonase el ciclismo se hizo demasiado elevada, tanto mayor en la medida en que se sucedían sus victorias.
Después la situación fue a peor en Afganistán. "Todos los días las mujeres pierden un nuevo derecho. Y las que se manifiestan encuentran la muerte, la prisión, o son obligadas a salir del país", afirma con su voz dulce en un excelente francés.
Desde su regreso, los talibanes han impuesto a la sociedad civil una serie de restricciones de las que una gran parte tiene el objetivo de someter a las mujeres a su concepción integrista del islam.
Entre otras cosas prohibieron a las chicas ir a la escuela y a la secuendaria. Las estudiantes aún están admitidas en la universidad, pero sin haber pasado por la educación básica y media, las chicas afganas no podrán acceder a la enseñanza superior.
"El gran sueño de las chicas hoy en día es ir a la escuela. Simplemente ir a la escuela. Entonces el deporte... está totalmente muerto en Afganistán para las mujeres", suspira Masomah, quien estudia en la universidad politécnica de Lille.
"Que una mujer practique deporte hoy en día en Afganistán es impensable. Y la situación empeora cada día", confirma Benafsha Faizi, periodista y antigua portavoz del comité afgano, que fue evacuada del país con la ayuda de la Unión Ciclista Internacional (UCI) en 2021.
- "El mundo se volvió silencioso" -
Ante esta situación, Masomah, que se unió este verano a la comisión de deportistas del COI, estima que "el mundo se volvió silencioso".
"Se abandonó a las mujeres en Afganistán. Todas las personas que dicen defender los derechos humanos, todos los feministas que dicen defender los derechos de las mujeres, no hicieron nada", denuncia.
Ella espera que la carrera del domingo, y el interés mediático que puede suscitar, permitirá "llamar la atención" para "que el mundo despierte".
En total, 49 ciclistas afganas que viven en Suiza, Italia, Francia, Alemania, Canadá y Singapur se medirán sobre un recorrido de 57 kilómetros en torno a Aigle, localidad del cantón de Vaud donde la UCI -promotora de este campeonato- tiene su sede.
Masomah Ali Zada confiesa estar "un poco triste" al pensar en las mujeres "abandonadas en Afganistán". Pero ella se muestra "feliz" de reencontrarse con "las compañeras con las que rodaba en Afganistán".