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Los seis dominadores de la nueva etapa dorada del ciclismo

AFP
Tadej Pogacar, ciclista esloveno
Tadej Pogacar, ciclista eslovenoAFP
El triunfo de Mathieu van der Poel el domingo en la París-Roubaix confirmó la supremacía de las seis superestrellas que dominan el ciclismo, que vive una nueva edad de oro gracias a esta generación sobresaliente.

Hay que remontarse varias décadas para encontrar la huella de un grupo de talentos de este calibre, capaces de marcar el ritmo de los triunfos desde febrero a octubre.

Desde los Eddy Merckx y Bernard Hinault han aparecido ciclistas con un palmarés de excepción pero nunca una camada tan completa, capaz de dominar con entusiasmo y mano de hierro.

Una bendición para un ciclismo que sale de los años de plomo, marcados por el dopaje que terminó con su credibilidad.

"No, Mathieu no es un extraterrestre. Es humano, simplemente es un corredor superfuerte", señaló Jasper Philipsen, segundo el domingo en el Infierno del Norte por detrás de su líder Van der Poel y por delante de Wout Van Aert, otro miembro de los seis fantásticos, que no peleó por el triunfo debido a un pinchazo.

"Estos chicos tienen algo más", añadió Philipsen.

La víspera el pelotón había terminado con la misma conclusión en la Vuelta al País Vasco, dominada por el danés Jonas Vingegaard, que ganó la general y la mitad de las seis etapas para llevar su balance a ocho triunfos desde que comenzó la temporada.

Pogacar, referente de referentes

Una semana antes fue Tadej Pogacar, el referente de los referentes, el que dejó su huella en el Tour de Flandes, tras haber ganado antes en la Vuelta a Andalucía y en la París-Niza.

El esloveno, doble vencedor del Tour de Francia (2020 y 2021), ya suma diez victorias en 2023.

Su compatriota Primoz Roglic no está lejos con siete victorias, entre ellas dos clasificaciones generales, la Tirreno-Adriático y la Vuelta a Cataluña.

Y queda el sexto elemento, el prodigio belga Remco Evenepoel, vigente campeón mundial, que por ahora 'solo' tiene tres éxitos, entre ellos la Vuelta a Emiratos, en su palmarés de 2023.

Entre los seis se han llevado todas las carreras importantes del año. ¿Quién sabe si uno de ellos se unirá un día a la leyenda Merckx, único ciclista capaz de ganar las tres grandes vueltas por etapas y los cinco Monumentos?

"Hay algunos corredores que están realmente por delante del resto, que hacen un poco lo que quieren. Desde que están en la ruta, estamos por detrás para siempre", reconoce el ciclista del AG2R-Citroën Franck Bonnamour.

Nada indica que esto pueda cambiar en las próximas grandes citas, aunque Van der Poel y Van Aert, los reyes también el cyclo-cross, se tomarán una pausa del ciclismo tradicional durante algunas semanas.

 Correr como juveniles 

Los seis fantásticos, todos entre 23 y 28 años a excepción de Roglic, aseguran carreras ofensivas, a veces con escapadas solitarias insensatas, otras con duelos hombro contra hombro, entre el ruido y el furor.

"Fue una locura, corrimos como juveniles", dijo Van der Poel tras ganar en Roubaix, en la que nunca se había rodado tan rápido, como en el Tour de Flandes una semana antes.

"A 100 kilómetros de la meta estábamos a tope", señaló el suizo Stefan Küng, quinto en Roubaix después de haberlo "dado todo" y "fundido", mientras que los elegidos tenían "todavía un cartucho".

Para explicar este rendimiento, hay factores más allás del talento, como las mejores en las bicicletas, los progresos constantes en la nutrición y las concentraciones en altitud.

"El ciclismo está mucho más profesionalizado. Todos los corredores van al máximo. Antes era más sencillo, hacíamos bicicleta por el día y comíamos pasta por la noche", resume el veterano alemán Simon Geschke, al que le cuesta imaginar "que el nivel pueda subir todavía más".

Mientras, el espectáculo continúa. En la Lieja-Bastoña-Lieja, a finales de abril, se espera un duelo Pogacar-Evenepoel y en el Giro de Italia, en mayo, repetirá el belga ante Roglic.

Un poco más tarde, el Tour de Francia (1-23 de julio), el gran momento de una temporada ciclista alucinante.