Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más

Montse Tomé, señalada por las jugadoras, también encara la puerta de salida

David Alonso
Montse Tomé, junto a Alexia Putellas, durante un partido de la selección.
Montse Tomé, junto a Alexia Putellas, durante un partido de la selección.@SEFutbolFem
La situación del fútbol femenino se ha tornado kafkiana. Hace justo un mes la selección lograba en Australia un hito histórico, proclamándose por primera vez en su historia campeona del mundo. El beso de Rubiales a Jenni Hermoso activó una bomba que detonó con la salida de Vilda y Rubiales pero cuya onda expansiva sigue provocando cuantiosos daños y causando varios damnificados. La próxima podría ser Montse Tomé, la sustituta del anterior seleccionador.

En la lista de peticiones de las jugadoras al CSD y a la RFEF no estaba en principio el nombre de la entrenadora asturiana pero su actitud, convocando a jugadoras que habían solicitado expresamente no ser llamadas, ha soliviantado a la mayoría de un grupo que ahora, con el respaldo gubernamental, se siente fuerte. Además, Tomé respondió en rueda de prensa que había hablado con las jugadoras cuando no era así. Sus aplausos a Rubiales en la Asamblea tampoco le hicieron ningún bien. Todo ello ha provocado una ruptura total y una desconfianza absoluta. En la larguísima reunión nocturna del martes al miércoles, las futbolistas le habrían hecho saber a la seleccionadora su descontento y a los mediadores les plantearon que un cambio en el banquillo sería beneficioso para el ambiente y el entorno de cara al futuro. 

Tomé, que pensaba contar con el apoyo de las jugadoras, se encuentra en una encrucijada. Tiene que afrontar dos importantes partidos de Liga de las Naciones, ante Suecia y Suiza, con jugadoras que no confían en ella y que están deseando que sea despedida. 

La unanimidad de las jugadoras es prácticamente total en ese sentido, según avanzan medios como As y Relevo.  Las futbolistas han planteado que sea ella misma la que dimita tras los dos encuentros por disputar o que el CSD actúe como mecanismo de presión para que la RFEF apriete el gatillo. 

Aunque el responsable del fútbol femenino de la RFEF, Rafael Del Amo, ha asegurado que no hay peticiones en ese sentido, todo parece indicar que Tomé está ante un match ball que tiene difícil ganar. La criba continúa, el ambiente se enrarece cada vez más y el clima sigue siendo irrespirable. Y todo ello sólo 31 días después de ser campeonas.