El gran momento de forma que atravesaba el Atlético de Madrid, que no pierde en liga desde el pasado 8 de enero, junto al hecho de que el Girona Girona nunca les había derrotado en sus siete enfrentamientos previos aunque sí que había sacado tres empates en otros tantos partidos entre ambos equipos en su feudo, hacía que los madrileños llegaran a Montilivi con ganas de romper esa estadística sabiéndose superiores, al menos sobre el papel.
Es por esto que los chicos del Cholo Simeone salieron mandando en el juego, con la profundidad ofensiva que otorga el sistema de tres centrales y dos carrileros, sobre todo cuando uno de ellos tiene el día inspirado como era el caso de Carrasco, que comenzó como un puñal por la banda izquierda.
Los catalanes, uno de los mejores conjuntos del campeonato como local, tampoco se querían dejar dominar demasiado, por lo que en cuanto podían intentaban ataques rápidos con el canterano colchonero Riquelme en el centro del campo buscando reivindicarse contra el equipo de sus amores, al que ya había marcado en la primera vuelta en el Cívitas Metropolitano.
No llegaba mucho al área contraria el cuadro entrenado por Míchel, pero cuando lo hacía era con sensación de peligro a través de centros laterales y, de hecho, pidieron penalti en un par de ocasiones, aunque con la boca pequeña.
Griezmann y Depay pudieron adelantar al Atleti
Pero poco a poco, las aguas fueron volviendo a su cauce y el Atlético comenzó a hacerse dueño del partido. Es fácil que esto suceda cuando tienes una dupla en la delantera formada por Depay y por Griezmann. De una combinación entre los dos llegó la primera ocasión importante que el francés, “el mejor jugador de LaLiga” según Míchel en la previa, no acertó a convertir.
La misma sociedad, aunque con los papeles intercambiados y con la suma de un Llorente que comenzó la jugada con un pase espectacular entre líneas, provocó que el neerlandés rematara de volea alto, y el propio exculé tendría otra aún más clara cuando se llenó de balón dentro del área pequeña, pero su potente disparo se marchó por encima del larguero cuando lo tenía todo para marcar.
Daba la impresión de que si la primera parte hubiera durado unos pocos minutos más, los atléticos habrían acabado adelantándose, pero de momento las reglas del juego establecen que a los 45 minutos hay un descanso, por lo que los visitantes tuvieron que resignarse a buscar la victoria en la segunda mitad.
Y no se les olvidó demasiado cómo habían jugado en el primer acto, puesto que no pasaron ni dos minutos tras la reanudación cuando Llorente, tras otro preciso centro de Griezmann, remató acrobáticamente en el segundo palo y obligó a Gazzaniga a poner la mano firme para el trallazo no se la doblara.
Pudieron marcar el primero los de Simeone cuando el VAR llamó a Melero López para que revisara una acción de posible penalti por mano de Oriol Romeu, pero el colegiado hizo caso omiso a González González, su compañero en la sala VOR, de manera acertada ya que Mario Hermoso había empujado previamente al mediocentro de los gerundenses.
Oblak y Morata, decisivos en la segunda mitad
Impulsados por la sensación de haberse salvado, los jugadores del Girona dieron un paso al frente y estuvieron cerca de poner el 1-0, primero con un zapatazo de Tsygankov, luego con el que habría sido el gol del año, pero el golpeo desde el centro del campo de David López fue despejado in extremis por Oblak, y finalmente con un disparo de Riquelme que el guardameta esloveno volvió a salvar.
Y cuando mejor estaba el conjunto de Míchel, que se había sobrepuesto también a las lesiones de Romeu y de Aleix García, lo que sí es cierto que hizo que perdiera algo de fuelle, llegó la jugada clave del partido.
Un saque de esquina botado por Griezmann al primer palo fue prolongado por Correa para que Morata, en un movimiento de delantero centro puro, fuera más listo que nadie entrando al segundo palo para estirar la pierna y enviar el balón al fondo de las mallas. El VAR puso el suspense en las gradas de Montilivi, ya que tardó varios minutos en dictaminar si había sido fuera de juego o no, pero finalmente dio el tanto por válido, lo que hizo que el delantero madrileño se reivindicara desde el banquillo un día más para dar los tres puntos a los suyos y confirmar su casi inmaculado 2023.
Jugador Flashscore del partido: Oblak.