Las carreras de Moto3 son una locura. Siempre lo han sido. Imaginen 27 pilotos jóvenes, con hambre de gloria, con motos livianas capaces de colarse por cualquier hueco y distancias no muy largas. La emoción está servida. La igualdad suele ser máxima.
En el GP de Francia, número 1.000 del Mundial de motociclismo, enseguida se puso en cabeza un piloto al que conviene seguir de cerca. Daniel Holgado, alicantino de 18 años, líder del campeonato, mostró ambición desde la salida. Se situó primero para intentar manejar la carrera. Su peor puesto en cuatro pruebas ha sido un sexto puesto, lo cual refleja la calidad de este chico. El japonés Sasaki y el turco Öncü se ponían a su rueda con otros 5 pilotos detrás. Ocho motos iban agrupadas en menos de medio segundo.
A 10 vueltas del final Holgado marcaba el ritmo pero no conseguía escaparse. Todos se vigilaban de cerca y había expectación por saber quién rompería las hostilidades. El brasileño Diogo Moreira, segundo de la general, se fue al suelo a 9 vueltas del final. Massiá, un veterano de Moto3 a sus 22 años, quería guerra y se colocaba segundo a 5 vueltas de la conclusión.
Mucho más líder
Holgado incrementó la velocidad en el último tramo y se despegó mínimamente de sus rivales. Sasaki no quería permitirlo y dio más gas a para pegarse a él nuevamente. Lo intentó hasta el final el japonés pero Holgado, en una carrera perfecta, dominando de principio a fin y sin cometer ningún error, logró mantener la primera posición. Sasaki y Massiá completaron el primer podio de la mañana en Le Mans. Tras su contundente victoria, Holgado es más líder del Mundial con 84 puntos y 21 de ventaja sobre otros dos españoles: Massiá y Ortolá.